DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Sábado: veintitrés de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 6.3
…El Museo se desplegaba en varios espacios muy abiertos y en una sola planta, la baja. En algunos se exponían pocas obras y en otros, sobre todo en el caso de fotografías y pintura, muchas. Ambas combinaciones en la puesta en sala me gustaron. La exposición estrella era una antológica de Juan Ugalde, La Nave de los Locos, en alusión a la obra de El Bosco del Museo de Louvre, de París, aunque el título ha sido recurrente en el mundo del arte y la literatura (algunas obras se han titulado así a lo largo del tiempo, por ser un título afortunado, inspirador y evocador de situaciones o coyunturas humanas críticas, generalmente marginales o rupturistas). La exposición de Ugalde la integraban más de noventa obras en soportes y formatos diversos: pintura, fotografía, collages, performances, video… expresaban el mundo propio del autor, inserto en una contemporaneidad observada con ojo crítico, pero sin perder en ningún momento un sentido del humor y de una lírica a veces ácida y corrosiva. Para Ugalde, el mundo necesitaría una reconfiguración aligerándolo de peso dada la excesiva proliferación de una interminable cadena de objetos prescindibles que tan solo nos confunden y entorpecen. Bueno, cualquiera que siga este diario se habrá dado cuenta de que acabo de improvisar mucho, aunque, básicamente la intencionalidad de Ugalde era esa, creí entender. Reconocí el esfuerzo de este hombre por ser artista, porque creo que lo ha conseguido brillantemente, y eso es muy difícil. Su obra me gustó e interesó, por ese orden.
Había, creo, seis autores más, pero no entré a retener referencias concretas porque no venía al caso para mí en ese momento. Yo, tan solo, soy un espectador de mirada impresionista, un flâneur aficionado. También, en lo aparentemente fácil hay niveles y categorías: Walter Benjamin describía el flâneur como la figura esencial del moderno espectador urbano; solo hay que recordar que Baudelaire fue un virtuoso en ese ejercicio y la sideral distancia que puede haber entre él y un simple mirón.
Salí del Museo encantado con lo que había visto y me dirigí nuevamente al centro de la ciudad, recorriendo avenidas y cruzando plazas, al sol…
La Fotografía: Una obra más expuesta en el Musac, que me encantó, pero no supe quién era el autor. Tampoco me voy a poner ahora estupendo explicando los porqués.