14 DICIEMBRE 2023

© 2023 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2023
Localizacion
León (España)
Soporte de imagen
DIGITAL 1600
Fecha de diario
2023-12-14
Referencia
10160

DIARIO DE VIAJE: a Castilla León Oeste.
Sábado: veintitrés de Septiembre de dos mil veintitrés
Día 6 y 4

… Al centro o casco antiguo llegué enseguida, en torno a la una, creo recordar. Decidí pasear por el centro (entorno de la Catedral, calle Ancha y aledañas y la bonita Plaza Mayor, atestada de gente). Mientras caminaba entre los muchos paseantes por la zona centro, y después, sentado en una terraza tomando un aperitivo, empezó a rondarme la idea de volver esa misma tarde. Ya lo dije al comienzo de este relato, cuando mi cuerpo me envía un claro recado diciéndome -ya vale tío, esto se ha acabado, volvemos- pues nada, le hago caso y lo hacemos ipso facto. Sin protestar ni nada.
Después del aperitivo extendí el paseo un rato más y caímos en una plaza soleada donde había un restaurante con terraza. Elegí una mesa cercana a otra donde comían tres chicas jóvenes estupendas (mejor ver chicas atractivas comiendo que no viejos parlanchines, eso me parece mucho mejor, ante todo no debo olvidar nunca los principios estéticos).
Tomé mollejas de ternera guisadas a la leonesa. No estaban especialmente buenas, aunque el guiso sí lo era. El problema de las mollejas es que su sabor es muy saturado, intensito. No fue problemática la elección porque comí razonablemente bien. Las chicas terminaron y se fueron (me pregunté qué harían el sábado por la tarde, pero no me contesté; aunque eran felices, rieron mucho durante la comida, así que supuse que lo pasarían estupendamente). Yo también. La radical diferencia era que ellas se quedarían riendo en la ciudad y yo hasta la mía tenía que cubrir 400 Km conduciendo. Me puse en marcha a las cuatro menos cuarto de la tarde.
El navegador me dijo que tardaría en torno a cuatro horas en llegar a mí casa. Busqué compañía y encontré una perfecta en Audible, de cuatro horas y veintiún minutos de duración: Antonio Muñoz Molina, con su espléndida novela: No te veré morir (también el título era superior). Exquisita e intensa obra. Me parece que Muñoz Molina no ha dejado nunca de crecer como novelista. Cada novela es mejor que la anterior. Sus obras y él como escritor no pierden interés con el paso del tiempo. Domina absolutamente el arte de narrar, con un ritmo pleno de recursos que suenan auténticos, creíbles, desnudos. No sobra ni falta nada en su entramado argumental. Con un lenguaje exquisito y preciso, propio del carácter y condición de sus protagonistas, de alto nivel intelectual y social, cuenta una historia de amor intensa que debió ser pero que no fue. Cincuenta años de ausencia entre dos seres locamente enamorados, pero que renunciaron al presente del amor (el amor o es presente o no es, y jamás será ausencia, porque deja de ser amor para mutar en amargura), y luego, ya todo malogrado, acabado. No hay otra vida con la que reponer los posibles errores. Muñoz Molina, en esta obra, me ha parecido, una vez más, un autor sólido, maduro y pleno. Un inmenso placer esta novela.
Llegué a Toledo a las ocho menos cuarto de la tarde (en cuanto a la duración de los viajes mi desobediente navegador es infalible). Con la buena compañía literaria durante toda la vuelta, el viaje ni corto ni largo, literatura en estado puro y eso es otra dimensión del paso del tiempo.
Antes de entrar en mi barrio, derechito al super, sabía que tenía el frigorífico vacío. Entraba en mi casa a las nueve de la noche. Conseguí cuadrar las horas del último día con precisión y acierto. Me preparé la cena y después me tomé una copa en casa para celebrar el buen término de mi mínima e impecable road movie. La segunda e importante parte del viaje, contarlo, empezaría a partir del día siguiente.
La Fotografía: Qué mejor foto para terminar este estupendo viaje, de malísimos hostales y regular comida, que una foto del Musac, cuando ya salía de la visita.

Pepe Fuentes ·