27 DICIEMBRE 2024

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
pepe fuentes (Toledo)
Soporte de imagen
DIGITAL (100)
Fecha de diario
2024-12-27
Referencia
10637

DIARIO ÍNTIMO 104
“…El silencio puede alcanzar una forma de infelicidad cerrada, monstruosa, diabólica. Puede ajar los días de la juventud, de hacer amargo el pan. Puede llevar, como se ha dicho, a la muerte. El silencio debe contemplarse desde el punto de vista moral; porque el silencio como la apatía y la lujuria son un pecado. El hecho de que en nuestra época ha sido un pecado común a todos nuestros semejantes, que sea el fruto amargo de nuestra época malsana no nos exime del deber de reconocer su naturaleza. De llamarlo por su verdadero nombre”. Natalia Ginzburg (Las pequeñas virtudes)
Lunes veintitrés de diciembre de dos mil veinticuatro

Ayer, domingo, rompí accidentalmente la lavadora, tanto que ha quedado inservible. Yo no hice nada, salvo ponerla en marcha, el sabotaje lo perpetró una especie de remache de un pantalón. Me lo ha dicho hoy un técnico a cambio de 30 € y gracias porque al parecer podía haberme cobrado más. Le he caído bien por mi desvalimiento y desgracia. En un solo día he perdido en torno a 500 €.
Menos mal que he comido bien: pisto manchego con un huevo frito y lomo a la sal con ensalada de pimientos. Luego, nada más terminar de comer me he deprimido profundamente, con presión intolerable en la cabeza, como si la tuviera oprimida por una tenaza gigantesca, de tortura.
En estos últimos días nada va bien. Paso de estados de normalidad e incluso de bienestar, al lado contrario, a un profundo malestar y desánimo, sin energías e incapacidad para concentrarme y mantenerme mínimamente lúcido y despierto.
Este cuadro de síntomas tiene muy mala pinta. Quizá haya enfermado. Hay edades propicias para la enfermedad, la mía, por ejemplo.
Ayer terminé de oír un libro pequeño y grande a la vez, intimista y recóndito que explora virtudes y desgracias humanas en la distancia corta, sin grandes pretensiones, pero enormes logros: Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg
Sí, porque el tono es cercano, como si Natalia me hubiera citado en la intimidad de su salón y a media voz me contara la sabiduría que ha atesorado a lo largo de toda una vida, y además me la dedicara.
Es la magia y el inmenso poder y grandeza de la lectura que hace que uno no muera todavía. Tampoco mañana, mientras existan artistas sabios y generosos que te entregan lo mejor de sí mismos, sin saber si lo que escriben se leerá mañana.
Ginzburg, habla con pasión del silencio en uno de los capítulos como un mal contemporáneo que destroza el espíritu y la vida. Yo, ya apenas si hablo con alguien a lo largo de días y días. Supongo que así no me quedará mucho porque la enfermedad crecerá dentro de mí como un maldito cáncer…
La Fotografía: pepe fuentes (yo), versión punto dos de la de ayer. Empeorado, sin duda.

 

Pepe Fuentes ·