13 FEBRERO 2025

© 2024 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2024
Localizacion
Toledo (Corpus 2024)
Soporte de imagen
-DIGITAL 102400
Fecha de diario
2025-02-13
Referencia
10391

DIARIO DE ENVEJECIMIENTO 62 y 2
Tenemos un pasado en común ¿Y qué? No es motivo suficiente para tomar confianza. Peter Handke
Martes, once de febrero de dos mil veinticinco

… Gente que venga de lejos, del pasado, en mi vida, solo y tal vez, la absolutamente desconocida y femenina (con los hombres me ahorro el trámite) porque así tendría la ilusión de que conecto con algo nuevo a explorar, como si de pronto fuera joven otra vez ¡qué risa! Siempre y cuando no tengamos que desnudarnos. Un amigo dice que desenvolver el caramelo siempre es decepcionante. Sé que tiene razón.
Soluciones vivenciales compartidas con gentes de antes y que ahora ya puedo calificar como viejas, no me satisfarían de ningún modo. Yo soy viejo y no me gusto nada.
Ayer mismo contaba que el sábado estuve en el teatro y, a mí derecha, se sentaban tres mujeres viejas (como yo), toledanas (como yo); y me pareció oírlas hablar horrorizadas sobre el deterioro estético (para sus ya maculados ojos) y medioambiental debido a las oleadas de turistas que tenemos en la ciudad y que, previsiblemente, aumentarán, y eso a mis envejecidas vecinas parecía horrorizarlas hasta llegar a decir que menos mal que ese futuro agravado no lo verían (los muertos ya no ven nada). Seguramente añoraban un pasado donde había menos turistas, por supuesto; pero, en realidad, lo que ellas echaban de menos era su vida de antes en la ciudad, con menos turistas y sobre todo años.
Sí, como si pudiéramos congelar el tiempo. Da miedo solo imaginarlo. Sería un mundo de zombis.
Si me pienso charlando con esas mujeres, como si de pronto nos hubiéramos hecho conocidos (amigos es imposible), tendría que haber expresado mi más profundo y convencido desacuerdo (tendría que polemizar y eso lo odio) con ellas porque las sucesivas y crecientes oleadas de turistas en la ciudad representan, metafóricamente, el presente de la ciudad y también el mío, en el que vivo, porque en el pasado desde luego que no estoy, lo he abolido por estúpidamente imposible.
A mí me encanta ver la ciudad repleta de gentes desconocidas y vivas y con curiosidad por la ciudad que, a fin de cuentas, los toledanos hemos mantenido como es ahora (yo no). Es así, alguna vez he visto el espectáculo, aunque a mí ni se me ocurre ir a comprobarlo; soy un anacoreta contento: al presente no asisto y no tengo ni pasado ni futuro, porque al cielo no iré.
La Fotografía: Momentos señalados de mi ciudad, el día de la Fiesta Grande, que no es otra cosa que una exaltación del pasado, de la tradición y la historia, desde la mañana a la noche. Sin estos cultos e idolatrías, la ciudad no sería lo que es y no vendría nadie a vernos porque seriamos más anónimos de lo que ya somos. Los principales actuantes de estas ceremonias son viejos a los que la vejez puede que les guste; les permite protagonizar estas ferias de la fe y la memoria. Supongo que es un día feliz para ellos, al menos uno al año. Toda esa parafernalia no va conmigo, yo estoy a otra cosa.

Pepe Fuentes ·