17 FEBRERO 2025

© 2022 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2022
Localizacion
Palermo, Sicilia (Italia)
Soporte de imagen
-DIGITAL 102400
Fecha de diario
2025-02-17
Referencia
7796

 DIARIO ÍNTIMO 112
“… el amor al amor, en realidad, como dijo Freud, es el amor a uno mismo, pero en ese uno mismo cabe el mundo.” Manuel Vilas
Domingo, dieciséis de febrero de dos mil veinticinco

Ayer, sábado, a lo largo del día, me fui moviendo de un lado para otro de modo automático. Es lo que dije que sería mi única alternativa vital hace tan solo unos días, el catorce especialmente, y más que porque fuera un deseo vívido, lo era porque no hay alternativa para mí.
Sí, ya sé que el propósito es dureza emocional de acero y nada de lloriqueos; pero ahora, cuando está amaneciendo el domingo, siento algo de miedo. Estoy muy asustado y no sé por qué y eso es lo peor porque no puedo esconderme en ningún sitio.
Ayer fui al Súper, ahora suelo ir los sábados cuando Mi Charlie deja de serlo para pasar a ser Su Charlie, de Naty.
Por cierto, y antes de que se me olvide, ayer, al final del paseo, cuando entrábamos en nuestro barrio, coincidí con una señora, mayor como yo (no sé si más o menos), con su perrita lanuda blanca (no sé la raza, es de tamaño mediano), que, a pesar de que llevo viéndola años, siempre de lejos, y aunque nos saludamos, no habíamos hablado nunca; sin embargo, ayer, dado que coincidimos en la espera de un semáforo, se impuso una conversación circunstancial, sobre perros, claro.
Me contó algo así como que ella, por su perra todo, que la quiere tanto como a su familia de personas y que estando con ella, con su perra, es feliz. Que le da igual viajar o no, salir o no, hacer vida social o no. Eso es amor, me dije para mis adentros. Su perra está gravemente enferma, tanto que de vez en cuando, si entra en crisis, tiene que transfundirla plasma a un alto coste. Al parecer, eso es secundario para ella, lo primero en su vida es su perra, cueste lo que cueste.
La pregunta obvia es: ¿semejante entrega es consecuencia de un amor total, es decir, enamoramiento arrebatado y pleno, o tan solo un estado de enajenación consecuencia de un aterrador vacío existencial? Una u otra posibilidad me producen vértigo y por supuesto que no sabría qué responder.
En caso de que sea amor total, sin fisuras y aparentemente anormal ¿es patológico, de terapeuta de guardia? Por supuesto que no. El amor es una de las emociones humanas libre, muy libre, y cualquiera puede enamorarse de lo que sea por muy descabellado que pueda parecer. El amor, sea a personas, animales o cosas es un caballo galopando impetuosamente sin nada que lo detenga. Ninguna barrera al amor en caso de que maravillosamente aparezca. Es un estadio humano prodigioso e inalcanzable porque está protegido por el miedo hacia los demás y a uno mismo.
El enamoramiento se puede sentir hacia cualquiera, sean personas, animales, cosas o ideas (se llama idealismo y es peligroso por intangible y fanático). A partir de esta humana premisa, pueden surgir los amores patológicos, efecto secundario del fracaso de los humanos para amar a otros humanos. Y ahí aparece el amor a los animales (aunque es más frecuente el amor a las creencias, como Santa Teresa, pongo por caso, o todos los terroristas que en el mundo son). En cuanto a los animales, por ejemplo, están provocando una alteración en el orden natural: animales humanizados y humanos animalizados, es decir humanos que, en competencia con los animales, pierden.
Esta posibilidad, cada día más frecuente, engrandece y enriquece a los veterinarios, por ejemplo.
Me pregunto por qué he llegado hasta aquí porque estaba en otra cosa, que se parecía, pero no era lo mismo. Seguiré mañana porque, engañosamente, tengo todo el tiempo del mundo y muy pocas cosas que contar y contarme…
La Fotografía: Dado la alteración del orden natural del que hay que protegerse, al menos un poco, quizá habrá que hacerse acompañar por perros de hojalata, en caso necesario. Y lo digo yo, que tengo a Mi Charlie, al que quiero, aunque no es amor fou (desvarío emocional), para eso preferiría a una mujer, aunque termine abandonándome, como han hecho todas.

Pepe Fuentes ·