25 FEBRERO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
pepe fuentes y su charlie (Toledo)
Soporte de imagen
-DIGITAL 50
Fecha de diario
2025-02-25
Referencia
10738

HISTORIAS MÍNIMAS 4
“Elegancia: saber apartarse”. Peter Handke
Domingo, veintitrés de febrero de dos mil veinticinco

Me he despertado a las seis de la mañana y me he quedado muy quieto, en la cama. Esta noche hemos dormido muy bien, mi perrito y yo. Anoche nos acostamos a las once y nos dormimos enseguida.
He pasado media hora pensando en qué escribiría porque para hoy no tenía cuento; sí porque fotos tengo muchas, pero palabras no. Es curioso, últimamente fotografío poco, pero fotos tengo; sin embargo, pienso mucho en palabras, pero no tengo, ellas no vienen. Veleidosas y presumidas.
Si no pasa nada en mi vida, de qué coño voy a escribir si ficción no se hacer.  Bastante tengo con mantener la propia.
Me he levantado a las siete, he dado el desayuno y las medicinas a Mi Charlie (está enfermo, pero él no lo sabe); me he preparado un café y hemos subido al estudio, a la torre de mi reclusión y entregado abandono.
He elegido el Stabat Mater, Laudate pueri & Confitebor como música de fondo, con una duración de una hora y once minutos.
Cuando termine, bajaré a la cocina a desayunar tostadas con salmorejo y jamón (y un traguito de vino), lo de todos los días. Me acompañará Mi Charlie. Será un día feliz en el que no tendré nada qué hacer, solo pasear al sol. Si me visitaran las palabras estaría colmado.
Estoy algo nervioso porque me operan en tres días. Qué será de mí. Solo en un hospital, casi veinticuatro horas con una noche de por medio. Sentiré miedo y también dolor. No me importará estar solo, pienso ahora, luego a lo mejor sí.
Todavía recuerdo algunas de mis leves operaciones a lo largo del tiempo, vasectomía, hernias, estética (infamante papada), pero acompañado por la que era mi compañera para todo entonces. Hace más de tres años que ya no. Lo entiendo, es difícil seguir hasta el final del camino con un puto viejo al lado. Al menos, ella, si tuvo la consideración de no decir lo que por sí solo se entiende, sin groseras aclaraciones. Yo, tampoco.
Sin embargo, la última mujer que me acompañó a ratos, a pesar del buen sexo que tuvimos, yo sí, ella vete tú a saber, me dijo que no sentía mariposas o fuego por dentro cuando estaba conmigo ¿dónde exactamente esperaba sentirlo, me pregunté?
No es necesario decir a alguien que no te gusta si no lo pregunta, y yo no lo hice. Ella sí, era desahogada y desatenta y por eso mismo prescindible. En mi fuero interno tomé la determinación, en ese momento, que me alejaría de esa mujer porque me haría daño, pero no se lo dije, para qué, yo sé apartarme con elegancia. Claro, ella también me dejó, pero con malas palabras, ineducada y desconsiderada hasta el desprecio, diciéndome que ella no iba a estar conmigo hasta que tuviera que cambiarme los pañales. Aquella mujer no tenía necesidad de ser vulgar, pero lo fue. Las relaciones humanas cuidadosas, sensibles y siempre respetuosas, solo están al alcance de quienes lo somos. Siempre pocos.
Fue una adelantada a lo que pasaría (no era difícil), porque ayer mismo, por prescripción del cirujano que me operará me compré pañales para hombre. No será ninguna mujer quien me los cambie ni puta falta que hace, seré yo mismo quien lo haga. Lo que no sabía aquella mujer tan ciega e inclemente, como todas las que han pasado por mi vida y se han largado, especialmente por mi indeseable y evidente viejud, que seré yo quien pervivirá más tiempo, o no.
Parece que a medida que escribo me está creciendo una mala leche feroz; pero que va, en absoluto. Estoy bien ahora.
La Fotografía: La primavera avanza, la siento, la huelo. Hoy habrá sol abundante y generoso y Mi Charlie y yo iremos lejos a caminar, donde no veamos a nadie (solo pájaros). Los caminos habituales, los domingos, se ponen perdidos de gentecilla en chándal, corriendo y pedaleando como si no hubiera un mañana. A Mi Charlie y a mí, eso no nos gusta; si alguien se acerca a él se aparta como si fuera un apestado y si intenta tocarle gruñe y le saca los dientes ¡qué se habrán creído! Piensa Mi Charlie. Yo siento lo mismo, aunque lo hago a mi modo. Así somos mi perrito y yo. Muchos años de convivencia diaria nos ha hecho iguales (nos imitamos). Hoy hemos celebrado la llegada de la primavera con esta fotografía, en nuestro campo preferido, el solitario, sin gentes que afeen el paisaje (al fondo, un almendro en flor).

Pepe Fuentes ·