MONÓLOGOS SOBRE ARTE 26.6
“Ser bueno en los negocios es la forma de arte más fascinante”. Andy Warhol
Viernes, catorce de marzo de dos mil veinticinco
… Todo lo que tiene que ver con lo humano está sujeto a la mirada, reflexión, emoción, sentimientos, necesidades, intereses e interpretación de estos, y, muy probablemente y por encima de todo a la libertad, condición básica e inherente al hecho de vivir con dignidad. Una vida sin ella no merece vivirse. Y una vez alcanzado ese estadio básico, en el ser humano aparece la creatividad como atributo propio y necesario para dotar de sentido al paso por la vida. Y detrás, el Arte, como conjunto de disciplinas y lenguajes que articulan y organizan la vastísima capacidad del ser humano para crear necesariamente a partir de patrones embellecedores. Y un poco más allá, el comercio en general y del arte en particular, que es a lo que yo había ido a Arco, a presenciar el comercio del arte.
La pregunta es ¿podría haber Arte sin comercio? Me parece que sí, porque por encima de todo, de cualquier interés, está la capacidad y pasión humana por la expresión, que no deja de ser la respuesta básica a la necesidad de dotar de sentido a la vida.
También, comerciar es otro tipo de finalidad creativa en el vivir, e incluso, visto desde un cierto pragmatismo, puede ser un arte y de hecho lo es. Probablemente el Arte supremo sea combinar ambas capacidades. Ejemplos hay a miles: artistas que se han hecho inmensamente ricos. Grandísimos creadores plásticos de sobra conocidos lo han sido, también, por su amor por el dinero, que, por cierto, es un valor digno de ser amado con pasión, pero eso sí, sin vulgaridad, condición humana degenerada que tanto afea todo.
La pregunta podría ser: ¿Picasso habría hecho su inmensa obra sin vender un solo cuadro? Tal vez no, pero a ciencia cierta no tengo ni idea. Van Gogh lo hizo, pero se suicidó. El espíritu humano es misterioso e insondable.
A mí, muchos artistas ricos, luego grandes comerciantes, me han apasionado por su inteligencia y su inmensa creatividad, también en el trueque.
Y es ahora cuando me pregunto por qué he soltado este rollo tan elemental que ningún valor añade a nada. Esta monserga es sobradamente sabida por todo el mundo.
Sencillo, porque fui a Arco, y ese es un templo del comercio, y yo necesito explicarme lo que hago y porqué.
Admiro el Arte y respeto el comercio (habilidad maravillosa, también), y eso ya son dos poderosas razones para escribir esta entrada…
La Fotografía: Asociación obvia y pertinente entre el cuento y la foto. A los diarios los sostienen las palabras, y las imágenes, en mi caso. Esta entrada, aunque no lo parezca, está completamente desasociada en la concepción, que primero suelen ser las palabras: comencé a escribir lo primero que se me ocurrió y luego fui cambiándolo a medida que avanzaba, sin pensar en ninguna imagen. Cuando terminé el texto, me pregunté ¿qué foto de las realizadas la tarde del sábado en la feria pongo hoy? Abrí la carpeta de las reveladas la tarde anterior, y oh sorpresa: ¡coño, si la tengo aquí! En ningún momento me había acordado de ella. Quizá, sin pretenderlo, construí un concepto para el autor de la obra fotografiada, que no supe quién era. ¿La confluencia de casualidades automáticas y espontáneas concretadas en soportes y mensajes pueden ser Arte? Creo que sí, pero, en mi caso, sin comercio. Yo lo hago todo gratis para todos, porque si soy artista (vete tú a saber), es por lo del sentido y en ningún caso por el comercio (me falta ese talento).