EL DÍA DE LOS EPÍLOGOS 50
Diario de la belleza (10), con diferencia el capítulo más numeroso, gracias o por causa de asuntos pontificios. Esencialmente Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, a propósito de la obra de Javier Cercas, (El loco de Dios en el fin del mundo), en la que narra su viaje con el Papa a Mongolia. La razón de esta profusa escritura por mi parte radica, en traer a colación la creencia en la resurrección, no de la carne, sino del espíritu, como fue, al parecer, la de Jesucristo (el cuerpo nunca se encontró y tampoco el cuerpo espiritual, es decir, la carne transmutada en esencia para la eternidad, según creía Francisco). El veintiuno de abril, Bergoglio se murió, y llegó el nuevo, León XIV (Robert Francis Prevost), al que también me referí. En fin, un lío. He colocado este galimatías en el capítulo de la belleza porque en algún sitio tenía que colocarlo y porque las ceremonias vaticanas son muy bonitas.
Diario de un hombre Intranquilo (4), claro, cómo no voy a estarlo, si en lo que va de año he visitado cinco veces un quirófano (tres operaciones y dos pruebas que he necesitado sedación). Este mes cuento la última en este capítulo, la de la circuncisión, a estas alturas de mi edad, como si de pronto se hubiera descubierto que soy judío y tuviera que saldar la cuenta de lo que debía (mi prepucio), a toda prisa. Pero, qué va, ni eso, solamente se trataba de una fimosis severa adquirida porque sí (pérdida de flexibilidad de la piel, según me dijeron, por alguna razón, que no me dijeron, aunque yo sospechaba cuál era). Ese lamentable proceso me dolió muchísimo. Lo cuento en este capítulo.
Diario Íntimo (4), la primera entrada, la del cinco, ha sido la más importante porque evoqué mi boda de hace cincuenta años, ese día exactamente. Me salió en clave homenaje, no solo porque fue un buen matrimonio, sino, sobre todo porque resalté las virtudes y el excelente carácter y generosidad de la que fue mi mujer durante nueve años, Carmen. El matrimonio no pudo continuar porque lo fue a destiempo, cuando la vida nos debía vivencias que no nos había dado tiempo a tener. Los otros tres días, también los he dedicado a cosas de las parejas, algo ya imposible para mí.
Recordando: a Harumi Shimono (3), de pronto, en un momento en el que estaba con el tono vital a la altura de mi fascitis plantar, tocando el puto suelo, Paco Maeso me envió una foto de prensa en la que aparezco con Harumi Shimono, en 2005, y ese hecho inesperado me conmovió y movilizó de tal manera que escribí y fotografié sobre la maravillosa amiga perdida (murió en 2009), y así he podido terminar el mes con las tres últimas entradas. No sabía cómo podía seguir con el diario en ese momento.
Diario de mi Felicidad (2), capítulo nuevo. Me pregunto en qué consiste y si he sido feliz. No aclaro nada todavía, el enigma necesita más maduración, desentrañar lapsus temporales y mucha inconsciencia y olvidos. Sí relato cómo fue un día prodigioso que pude considerar feliz para mí: ejercicio de mero solipsismo sin conflicto, aceptado con la mejor de mis sonrisas.
Diario de la soledad (1), otro capítulo nuevo. Relato de cómo me siento solo en público: una epifanía que vivo cuando me rodeo de gentes acompañadas en espacios cerrados.
Diario de un hombre invisible (1), otra novedad del diario. En esta primera entrada, hablé, sobre todo, de Vargas Llosa y de la Tía Julia y el escribidor, fastuosa novela. También, de la importancia de leer novelas y, tangencialmente, de lo guapo que me veía en un retrato que me había hecho hacía unos días (guapo, guapo, me parecía)
Adentrándome en las tinieblas (1), sobre el dolor y la infelicidad. Nada nuevo en mi vida.
Los días (1). Lo de siempre.
Historias mínimas (1), sobre como no soñar puede ser peor que no amar o ser amado. Los sueños son los deseos, y no tenerlos, es la mayor degradación en la que puede caer el ser humano. Pierde condición.
Diario de un hombre resignado (1), pues eso, sobre la resignación. La que siento con frecuencia.
Colección de Misceláneas (1), escribo de una maravillosa película: Godland, guion y dirección, Hlynur Palmason (Islandia), 2022.
La Fotografía: Uno de los cientos de dibujos de Harumi que guardo cuidadosamente en mi casa (como oro en paño). Ella, en sus dibujos gustaba de aproximarse a personas anónimas y crear a partir de su tipología. Tanto en Toledo, como en los muchos dibujos que realizó en Ronda, sus personajes parecen pertenecer al mundo rural, y, desde luego, popular. A pesar de dibujar, a veces, cuerpos envejecidos y vencidos por el tiempo, siempre, añadía un sutil detalle amoroso y respetuoso hacia ellos. En este, la mujeruca de negro porta unas coloridas flores. En sus dibujos siempre existía una conexión de comprensión, cercanía y profundo respeto con sus modelos, a pesar de que las formas parecieran inclementes y descarnadas.
31 MAYO 2025

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