Desde la barca se divisaba el fondo de poco más de uno o dos metros de profundidad.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Campeche (México)
Soporte de imagen
- 120 ILFORD SFX 200 (800)
Fecha de diario
2020-05-22
Referencia
9728

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019.
Campeche IV:
miércoles veinticuatro, todo el día.

A primera hora de la mañana teníamos previsto un recorrido en barca por los petenes o manglares. Tuvimos que acercarnos en taxi a un embarcadero donde nos recogería un tal Alejandro que, en una pequeña lancha, nos llevaría a la zona costera de los manglares.
Se trataba de una zona de agua dulce sin solución de continuidad con el mar, donde crecía una selva húmeda de extraordinario interés. Bellísima.
Desde la barca se divisaba el fondo de poco más de uno o dos metros de profundidad. Avanzaba lentamente entre isletas verdes, frondosas. Fotografiamos.
Nos sentíamos estupendamente navegando en silencio entre una tupida vegetación. El paseo duró en torno a dos horas.
Después, el tal Alejando, hombre joven, simpático y con ganas de agradarnos, nos devolvió en coche al centro de Campeche. A las doce nos acercamos a la Plaza de la Independencia, donde visitamos una casa museo colonial.
Después tomamos un autobús turístico que hacía un recorrido por la ciudad. El calor húmedo resultaba agobiante, insoportable.
La ruta del autobús nos llevó a través de los seis baluartes que quedan más o menos en pie, de los ocho que hubo, y que protegían la ciudad de ataques de los piratas.
Uno de los muchos que sufrió la ciudad fue especialmente cruel y devastador, una auténtica invasión de un corsario holandés con más de mil atacantes que pasaron a cuchillo a gran parte de la población.
Paramos en la Iglesia del Cristo Negro (1563), un sencillo templo en el que se encuentra el famoso y milagrero Cristo, al que profesan gran devoción en la ciudad.
Después del paseo en bus turístico comimos en un restaurante de calidad llamado La Pigua a base de pescado, animado con buen vino blanco muy frío.
Resultó la comida más cara que habíamos hecho hasta el momento. Terminamos a las tres.
Cogimos un taxi hasta el hotel, dado que la sensación térmica, debido a la gran humedad, era de treinta y siete grados.
El calor, la copiosa comida, las cervezas y la botella de vino nos dejó en un estado semiinconsciente. Dormimos hasta las seis, nos duchamos y salimos.
Dimos una vuelta por la ciudad, con pocas ganas, a pesar de que habíamos dormido mucho. Visitamos la catedral.
Seguimos paseando y al anochecer nos sentamos en una terraza. Tomamos dos cócteles y no cenamos nada (estábamos saciados por la copiosa comida de mediodía). A las diez de la noche, volvimos al hotel.
Dormimos hasta las siete de la mañana…

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Campeche (México)
Soporte de imagen
- 120 ILFORD SFX 200 (800)
Referencia
9729
© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Yaxha (México)
Soporte de imagen
-120 MM.-PAN F 50
Fecha de diario
2020-05-14
Referencia
9707

VIAJE A MÉXICO, Julio 2019
Hacia Palenque: Montañas de Chiapas, Tonina, Aguas Azules:
domingo veintiuno, por la mañana

Nos levantamos temprano.
A las ocho salimos en coche para cubrir los 214 Km hasta Palenque.
Teníamos que atravesar montañas en la región de Chiapas por una carretera muy accidentada, subidas, bajadas y curvas infinitas.
Continuamente tropezábamos con resaltes o topes muy abruptos colocados por los indígenas (Zapatistas) y que obligaban a casi parar el coche y rebasarlos muy lentamente.
El nuevo guía-conductor se mostró muy crítico y enfadado con la presión, prácticamente terrorista, que ejercían los indígenas de Chiapas y que se mantenía desde 1994.
Si les convenía o se les ocurría, arbitrariamente, cortaban la carretera y exigían a los conductores el pago de rescate para poder continuar viaje. Las razones para los atropellos podían ser, simplemente, un enfado con las autoridades estatales, el retraso en las ayudas, o cualquier otro argumento, daba igual cuál. En caso de no pagar no pasabas y si la tensión subía de tono hasta podían requisarte el equipaje o quemarte el vehículo impunemente; de hecho, hacia tan solo unos días que habían incendiado un camión que vimos al pasar.
El estado mexicano, al parecer, practica la irresponsable y permisiva política de mirar para otro lado. No quieren problemas con un colectivo que tiene gran capacidad para movilizar corrientes de opinión a favor de sus arbitrariedades y actos claramente injustos, abusivos y desestabilizadores ¡¡¡Se llaman revolucionarios y minoría étnica oprimida!!!
Les resulta fácil. A partir de ahí hacen lo que les viene en gana impunemente.
Nosotros entendíamos perfectamente la situación porque aquí, en España, sabemos muy bien de qué va eso del atropello de derechos con impunidad y alevosía utilizando la manipulación ideológica y política.
A media mañana paramos en un interesante enclave arqueológico perdido en un bosque entre montañas, Toniná, ciudad Maya importante.
Apenas si había turistas.
Recorrimos los restos, bastante extensos, a lo largo de hora y media. Nos acompañó un guía local.
Después, continuamos viaje y hacia medio día llegamos a un entorno natural llamado Aguas Azules.
Muchísima gente, la mayoría familias, pasaban el domingo bañándose.
Fotografiamos las cascadas.
Continuamos viaje y un poco más adelante otra cascada, Misol-Há, muy alta aunque de escaso caudal. También había bañistas. No fotografié.
Comimos un excelente plato de carne en un restaurante al aire libre. Gran momento del día.
A las seis de la tarde llegamos al hotel Nonotu, en Palenque.
Cenamos pasta con sangría, en una terraza del hotel, oyendo el intenso fragor de la selva circundante.
El segundo gran momento del día, y ambos tuvieron que ver con la comida y el descanso.
A las once, dormíamos…

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Campeche, México
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Fecha de diario
2020-04-13
Referencia
9631

DIGRESIÓN CINCO. El manuscrito del aire, de Luis García Jambrina (2019). Ebook. Editorial Planeta.
Razones por las que se puede leer una novela sin tener previsto hacerlo: a) escuché una entrevista al autor en el programa Biblioteca pública, de radio nacional, que me agradó y me suscitó interés; b) conocí al autor hace más de veinte años, superficialmente eso sí, y sabía que había publicado varias obras, entre ellas una sobre la generación poética de los cincuenta, lo que también le otorgaba credibilidad; c) se trata de una novela de género (pesquisas policiales renacentistas, o algo así) pero ubicada en un territorio (La Española, actualmente República Dominicana) y una época (la conquista y colonización de Centroamérica) que ya de por sí me interesan mucho. Y, por último, pensé que, en época de zozobra y miedos a duras penas controlados, una novela de intriga podía ser perfecta. Pero, enseguida, mis expectativas se vieron defraudadas. No funcionaba del todo porque el planteamiento es previsible e impostado. No obstante, el desarrollo de la trama resultaba entretenido y he conseguido terminarla, quizá por la ligereza narrativa, felizmente. La peculiaridad más significativa es que el protagonista es nada menos que Fernando de Rojas, autor de La Celestina, metido a pesquisidor (así llamaban, al parecer, a los investigadores del siglo XV y XVI). La novela parece suficientemente documentada históricamente pero eso no es óbice para que falle en cuanto al alcance del planteamiento y desarrollo literario, con demasiados lugares comunes: como una historia de amor romántico que se convierte en el principal recurso del planteamiento, lo que resulta a todas luces insuficiente. Otro de los motores del relato son las atrocidades cometidas con los Taínos, indígenas locales de La Española, alentadas por un Fernando El Católico codicioso e inmisericorde, gobernadores corruptos, y encomenderos avaros y crueles. Aborda levemente el retrato de la sociedad colonial de Santo Domingo, así como el papel de la orden de los Dominicos, valedores del protagonista y defensores de los indios. La acción clave y épica llega cuando Fernando de Rojas se embarca en una expedición de castigo, casi suicida, remontando el río Ozama, a la búsqueda de un encomendero enloquecido por la codicia y el derramamiento de sangre, como si de un dios omnipotente se tratara, llamado Lope de la Cruz. Esta aventura resulta, en el mejor de los casos, un remake de El Corazón de las tinieblas (espero que a modo de homenaje a Joseph Conrad), pero claro, sería un remake de un remake, porque eso ya lo hizo Coppola en Apocalypse Now. Conrad, el capitán Willard, y Fernando de Rojas, remontando el río Congo, el río Nung, y el río Ozama, respectivamente, para localizar la esencia misma del mal. La misma historia, en distintas épocas y con muy parecidas víctimas: indígenas sojuzgados por el colonialismo. Puede que también Jambrina haya tenido muy presente la aventura equinoccial de Lope de Aguirre por el río Marañón. Ríos, asesinos, víctimas inocentes y, como telón de fondo, la codicia, el ansia de poder, el instinto asesino que parece que enloquece a los hombres que se sienten dioses. De cualquier modo, la novela me ha entretenido mucho, lo que siempre es de agradecer, sobre todo en tiempo de pandemia. Además, me ha proporcionado una cita perfecta para una fotografía como la de hoy: “Tierra de poca verdad y menor constancia y seguridad, como dijo la difunta reina cuando se enteró de que las raíces de algunos árboles de La Española están al aire y no bajo el suelo”. Luis García Jambrina

© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
Yaxchilan (México)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD DELTA 3200 (800)
Referencia
9602
© 2020 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2020
Localizacion
Palenque (México)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD DELTA 3200 (800)
Referencia
9610

"Ellos también son como yo, me digo. Y así me defiendo de ellos. Y así me defiendo de mí". Antonio Porchia

“Lejos de ser una terapia, el viaje define una ontología, un arte del ser, una poética propia”. Michel Onfray.

“Los turistas no saben dónde han estado, pensé. Los viajeros no saben dónde van”. Paul Theroux

Después de casi una hora, completamos el circuito sin habernos adentrado demasiado en la selva, claro.

Jerónimo Aguilar: "A mí me parecían movidos por los mismos impulsos que nosotros. Ni mejores ni peores”.

Grandeza de la India: los animales, aparentemente ignorados, pero presentes y respetados siempre…