MISCÉLANEA: Aguas calientes; un eucalipto gigante en la Isla del Sol; el inextricable e inaudito aglomerado de cables, en La Paz; una premonición pandémica y la habitación de un hotel de Potosí, la ciudad minera. “Los indios de las Américas sumaban no menos de 70 millones, y quizá más, cuando los conquistadores extranjeros aparecieron en el horizonte; un siglo y medio después se habían reducido, en total, a solo 3 millones y medio”. Eduardo Galeano

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Aguas Calientes (Perú)
Soporte de imagen
-120 MM- DELTA 3200 (800)
Fecha de diario
2019-04-02
Referencia
8991

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Prolegómenos: treinta y uno de enero, jueves
II
 “Al hacer el equipaje hay que meter en la maleta las cosas imprescindibles y el recuerdo de Ulises”. Rafael Argullol

Pasamos el día haciendo las maletas y el equipaje fotográfico. A las cinco y media de la tarde hice el de Charlie Brown y le llevé a la residencia de esperarnos, en Polán, un pueblo cercano donde le cuidan bien. Después de dejarlo, apenado, volví, y poco después partimos. Llegamos al aeropuerto a las ocho y media de la tarde noche. Nada más llegar recibimos un mensaje con la noticia de que el vuelo programado de Cuzco a La Paz, para cinco días después, se había suspendido o más bien anulado. Esa circunstancia nos remitía, necesariamente, a tener que cambiar una parte del itinerario. Un fastidio, sin duda, pero lo asumimos con la mejor de nuestras disposiciones. Los controles de seguridad y los trámites resultaron molestos, como siempre, pero sin contratiempos…

COROLARIO: Elegimos Perú (Cuzco) y algunos lugares de Bolivia. Lo único que conocíamos de Latinoamérica eran algunas obras literarias y hechos muy generales de su historia reciente, no mucho más atrás de treinta años. En cuanto a la historia de la colonización española, nada de nada, a pesar de que siempre he sentido un vivo interés por esa increíble epopeya.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Aguas Calientes (Perú)
Soporte de imagen
-120 MM- DELTA 3200 (800)
Fecha de diario
2019-04-18
Referencia
8992

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo uno: Aguas Calientes (Perú),
tres de febrero, domingo
XV
Los indios de las Américas sumaban no menos de 70 millones, y quizá más, cuando los conquistadores extranjeros aparecieron en el horizonte; un siglo y medio después se habían reducido, en total, a solo 3 millones y medio”. Eduardo Galeano

Por fin nos decidimos a levantarnos de la mesa y a abandonar la fragorosa imagen del río. Paseamos por el pequeño pueblo hasta la hora de salida del tren de vuelta. Fotografiamos la estatua del Inca Manco Cápac en su pedestal, en el centro de la plaza, y otras dos figuras, de pie, en el suelo, de Incas sin rango, supuse (tal vez, Mitmas). Cuando oscureció nos acercamos a la estación de tren para viajar a Ollantaytambo: hora y media de trayecto y llegada a las nueve de la noche.

COROLARIO: El día había transcurrido en una constante y gozosa combinación de asombro, belleza, misterio y fotografías. Nos sentíamos unos auténticos, discretos y felices turistas.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Potosí (Bolivia)
Soporte de imagen
-120 MM- DELTA 3200 (800)
Referencia
9193
© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
La Paz (Bolivia)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Referencia
9157
© pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Fecha de diario
2019-06-16
Referencia
9301

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo seis: Potosí, (Bolivia)
doce de febrero, martes
II
“En nuestros días, Potosí es una pobre ciudad de la pobre Bolivia: -La ciudad que más ha dado al mundo y la que menos tiene-, como me dijo una vieja señora potosina, envuelta en un kilométrico chal de lana de alpaca, cuando conversamos ante el patio andaluz de su casa de dos siglos. Esta ciudad condenada a la nostalgia, atormentada por la miseria y el frío, es todavía una herida abierta del sistema colonial en América: una acusación. El mundo tendría que empezar por pedirle disculpas”. Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América Latina)

Llegamos a Potosí en torno a la una, al hostal Colonial. Nos instalamos en la habitación, sensiblemente mejor que las últimas (salvo la de la noche anterior, que estaba bien); al menos podíamos ducharnos sin dificultades y tenía dos camas bastante grandes. Hice una fotografía de un rincón (la de hoy); era ineludible.  Salimos a comer a un restaurante que estaba dos puertas más arriba: una ensalada y un filete a la brasa (durísimo) con guarnición, Naty unos espaguetis. Después, a callejear. A ratos llovía. Realizamos algunas fotografías, no muchas, la luz no ayudaba. A la caída de la tarde, algo cansados ya, entramos en un café en la plaza principal, moderno pero manteniendo un cierto aire local, con decorado de fusión (vernáculo y diseño). Ofrecían comida sencilla, tartas, cócteles, cafés e infusiones. La tarde se agotaba. Cenamos en un restaurante bastante agradable que se encontraba enfrente. Cenamos bien. Nos acostamos a las diez y media. De madrugada, como casi todas, escribí esta crónica (que luego me cuesta reelaborar, pero al menos me ayuda a fijar hechos y tempos) …

COROLARIO: Recorrimos algunas calles alrededor de la plaza principal, muy concurridas. Nos adentramos por mercados populares, desplegados en un dédalo de calles estrechas y espacios cerrados (del estilo de La Paz o Cuzco) aunque infinitamente más intrincados.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Challapampa, Isla del Sol, (Bolivia)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD PAN F 50
Fecha de diario
2019-04-29
Referencia
9094

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo dos: Lago Titicaca, Copacabana (Bolivia),
seis de febrero, miércoles
VI
Hay momentos importantes en las relaciones interpersonales, sociales o como queramos definirlas, y es cuando alguien creé en algo e intenta hacerte partícipe entusiásticamente de sus creencias, o de lo que él considera bello, o de sus valores vivenciales, con un sentido que va más allá de lo objetivo, de lo racional. Esos momentos siempre los considero como un homenaje que alguien me hace generosamente. Me sentí honrado y agradecido por el entusiasmo e interés de Reinaldo en hacernos partícipes de su vida.

Nos volvieron a llevar al barco las maletas en carretilla. Esta vez el viaje lo hicimos sobre la cubierta, en el techo, en unos bancos corridos con una barandilla que cerraba el perímetro. Había amanecido un día soleado y la idea de volver sobre la cubierta superior del pequeño crucero, contemplando el lago y las montañas lejanas y fotografiando, me excitó sobremanera. Poco después de partir fotografié a Naty y pedí a Reinaldo que me permitiera retratarle. Accedió con gusto. Me comprometí a remitirle la fotografía por WhatsApp. A lo largo de algo más de una hora que tardamos en recorrer los veinte kilómetros, con una parada hacia la mitad para visitar un pequeño templo inca pegado a la orilla, la luz cambió constantemente, de tal modo que, hacia el final del crucero, el sol se había velado por unas nubes grises, espesas, que crearon unos reflejos negros en el agua. Fotografié con ganas los sutiles matices de gris de las nubes, los reflejos en el agua con la línea del horizonte en el centro del fotograma. En todo momento pensé que esas fotografías, engañosamente planas que no lo eran en absoluto por la rica y amplia gama de grises sutiles que contenían, me permitirían componer un mosaico con copias grandes. Me sentía entusiasmado con la travesía y las fotografías que yo creía que estaba consiguiendo (pero no, no era así). En el último tercio de la travesía un prodigioso y gran árbol solitario se mantenía sobre un minúsculo escollo aparentemente de piedra. Naturalmente fotografíe, conseguí un encuadre adecuado y sugerente por la escala y proporción que mantenía el árbol en relación con el agua, el cielo y el horizonte y, sobre todo, la luz que impregnaba la imagen (no existe, fue una de las malogradas). La travesía no pudo ser más excitante…

COROLARIO: Lo que me ocurrió, o más bien lo que ocurrió en mi cámara grande, armada con el zoom, es que la tarde anterior había fotografiado con el trípode y disparador de cable. El dichoso objetivo, una vez que quitas el cable que permite fotografiar con el espejo levantado, vuelve, automáticamente, a su posición de reposo y obtura solo con pulsar el disparador. Bien, por una caprichosa avería en el mecanismo en el que actúa el cable, el obturador se quedó bloqueado y las fotografías no se realizaban, a pesar de que el espejo se levantara y el sonido de la cámara en el momento de hacer la toma fuera el correcto. Sabía de ese problema pero me sentía tan excitado fotográficamente que me olvidé de verificarlo. Esa mañana y la siguiente no conseguí hacer ninguna fotografía con esa cámara y objetivo. Una catástrofe que todavía me duele.

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Potosí (Bolivia)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 400
Fecha de diario
2019-06-17
Referencia
9235

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo seis: Potosí (Bolivia),
trece de febrero, miércoles
III
“A esta altura del siglo veinte, los indígenas de Potosí continúan masticando coca para matar el hambre y matarse y siguen quemándose las tripas con alcohol puro. Son las estériles revanchas de los condenados. En las minas bolivianas, los obreros llaman todavía mitad a su salario”. Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América Latina).

Por la mañana, a las nueve, habíamos quedado con el guía que nos llevaría a visitar una mina en el Cerro Rico. También estaba previsto que habláramos con los mineros. Se llamaba Johnny. Era un hombre próximo a la cuarentena, simpático y comunicativo que, según nos dijo, trabajó en la mina durante dos años, con su padre, cuando era muy joven (luego estudió turismo). Nos desplazamos en coche calles arriba en dirección al cerro (la ciudad se despliega en una pendiente en las estribaciones del cerro). Hacia la mitad del recorrido paramos en una especie de almacén donde nos colocamos encima de nuestra ropa un pantalón y una especie de zamarra minera; nos quitamos nuestros zapatos y los sustituimos por unas botas altas de goma; además, un casco con una luz en el frontal. A medida que nos acercábamos a la zona cero, Johnny nos explicó que todos los habitantes que vivían en las inmediaciones eran familias mineras…

COROLARIO: Poco antes de acceder donde se encontraban las entradas a las minas, paramos en un puesto de venta: hojas de coca, cigarros, bolsas de plástico pequeñas que contenían un refresco (había de varios sabores), alcohol puro (96º), galletitas en bolsas y otras chucherías. Johnny nos indicó que debíamos comprar dos bolsas con ese lote, a 20 bolivianos cada una (2,55 €), para repartirlo entre los mineros. Nos enseñó el saludo quechua: Imaynalla (cómo estás)…

© 2019 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2019
Localizacion
Challapampa, Isla del Sol, (Bolivia)
Soporte de imagen
-35 MM- ILFORD SFX. 200 (800)
Fecha de diario
2019-04-24
Referencia
9039

PEQUEÑO VIAJE A LAS TIERRAS DEL INCA
Capítulo dos: Lago Titicaca, Copacabana (Bolivia),
cinco de febrero, martes
II
“En el país de los bienaventurados, quien habita es el silencio”. Friedrich Hölderlin

El bar restaurante  de Copacabana estaba decorado con numerosos motivos de cultura incaica y boliviana. Además había una gran profusión de plantas y las paredes pintadas de vivos colores. La comida resultó sumamente agradable y nos repuso de toda la noche en autobús. Nada más terminar de comer, tomamos un barco bastante grande (podía transportar quince o veinte pasajeros) en el que solamente íbamos nosotros dos, Reinaldo y, naturalmente, el señor que manejaba el barco. Nos dirigimos a la Isla del Sol, situada en el lago a una distancia de en torno a veinte kilómetros. A lo largo de la hora que duró la travesía, Reinaldo nos fue contando la leyenda de la isla y del lago Titicaca, narrada por el Inca Garcilaso de la Vega que forma parte del fabuloso e imprescindible imaginario para forjar cualquier cultura. También nos habló del modo de vida en la isla dónde, por ejemplo, no había vehículos a motor, por lo que utilizan burros para el transporte de materiales de construcción o provisiones. Atracamos en unos pequeños y rudimentarios diques, donde había varios barcos turísticos como en el que habíamos llegado. Desembarcamos en la pequeña bahía de Challapampa (en torno a 200 habitantes). Unas cuantas viviendas y pobres establecimientos se alineaban irregularmente en torno a la orilla. Bajamos las maletas y nos dispusimos a transportarlas hacia el poblado. Reinaldo pidió ayuda y enseguida llegó un hombre joven, José, su hermano, con una carretilla en la que cargó las maletas…

COROLARIO: Al parecer y según nos contó Reinaldo, tenía un lejano parentesco con Evo Morales, y desde luego se daba un aire. Se mostró aséptico con el político. Le escuchamos con mucha atención, preguntándole sobre las muchas cosas que ignorábamos de la vida en el lago, lo que contribuyó a que él se extendiera encantado en su relato.

Mi última casa…donde probablemente moriré…

Habia una cara, allí había una cara, incomprensiblemente…y un pájaro aciago y más cosas…

"Lo que veo, digo que es lo que yo veo, sabiendo que miento". Antonio Porchia

Campo de enigmas…y al final del camino: la tumba…

"Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática". Friedrich Nietzsche

Fotografié perritos o perritas y turistas (solo mujeres). Me encanta fotografiar turistas y perritos y perritas locales