Siempre busco algún sentido, o tal vez no, porque no suelo encontrarlo...

…y hoy su contraria: INCIERTA. Digresión: mientras escribo oigo y casi no escucho una pieza de Silvestre Revueltas titulada: -Música para charlar-. Revueltas, compositor sumamente original y algo surrealista, tanto en su música como en sus títulos, como, por ejemplo: «Sensemayá, canto para matar a una culebra» (son los seres vivos, aparte de los humanos, que más me desasosiegan). También escribió, razonablemente bien, cosas así: «Llanto de niño, llanto de hombre, todo es llanto que nada puede enjugar». Por cierto, Neruda escribió un poema de homenaje con motivo de su muerte que es solemnemente malo, muy malo. Me estoy oscureciendo, una vez más, y debe ser por el «in-cierto» desaliento que desprende la fotografía de hoy…


COLECCIÓN DE MISCELÁNEAS 72
Parece que tendré que acostumbrarme a vivir con estos ataques intermitentes de melancolía y tristeza (…) La vida puede ser una fiesta o un velorio. Uno es quien decide. Por eso la congoja es una mierda en mi vida. Y la espanto. Así estoy siempre: espantando la congoja, la pesadumbre y todo eso…” Pedro Juan Gutiérrez
Sábado, once de enero de dos mil veinticinco
Hoy he terminado Mecánica popular, de Pedro Juan Gutiérrez. Como siempre me ha pasado con este autor, me ha encantado. Esta última obra que en principio era de relatos, con uno magnifico: Una voz radiofónica, en la que un matrimonio sin hijos (Nancy y Andrés), tienen una inusual en ellos noche de amor: “Fue algo inesperado después de años sin sexo. Ni dentro ni fuera de la pareja. Nada. Ahora fue muy dulce. Como la primera vez. Ambos habían llegado vírgenes al matrimonio. Él lo hizo todo, despacio, sin prisa. Ella se limitó a disfrutar y sentir con todo su ser (…) Terminaron. Y se durmieron, abrazados… Ella, medio dormida, le dijo: -Anoche soñé que hacíamos el amor y me decías un poema, muy bajo, en el oído. Fue muy bonito. ¿Sí? -Qué raro. Nunca recuerdo mis sueños. Y nada más. Guardaron silencio. Como siempre.” Pedro Juan Gutiérrez
En este título de Pedro Juan, incluye algún relato más y un cuento largo, con Carlitos de protagonista, un gran personaje que va y viene en el tiempo, desde los ocho años hasta los veintidós. Luego, silencio, no sabemos que hace y no hace durante su vida adulta. Hasta que todo termina cincuenta años después, cuando comienza a escribir sus memorias: “…la vida no es un asunto de cronología sino de kilometraje” dijo Carlitos.
La Fotografía: En la Plaza Vieja, de La Habana (2003). Todos los días paseábamos por esa Plaza y también por El Malecón. En aquel viaje tuve la impresión de que La Habana, por el grado de deterioro que se podía ver por doquier no podría durar mucho sin que pasara algo, no más de diez años; sin embargo, han pasado veintidós y todo sigue igual políticamente. Los comunistas nunca cambian nada y nunca abandonan el poder, cueste lo que cueste. Pedro Juan, allí sigue conviviendo con el estado de cosas, como Padura y otros escritores, pero lo entiendo, porque a pesar de todo, es muy difícil alejarse de las propias raíces.

FOTO 1/ DIA: 11/11/2003 HORA: 13,40
FOTO 2/ DIA: 14/11/2003 HORA: 14 HORAS

La composición consistía en que hubiera tres personas equidistantes con una esquina de Venecia omo fondo…..se cruzaban y se alejaban. No pasaba nada, pero a mi me gustaba ese juego. Tenía algo de fatalidad.
