"Lo más de nosotros lo ignoramos, pero está en nosotros". Antonio Porchia
…Apéndice IV. Juan Estanislao otra vez, iniciado en las interioridades del acontecimiento:
«Pero, ¿qué vemos? ¿qué conocemos de lo contemplado? Riquezas de siglos, historia, arcaísmo, actualidad, fe, misterio. Quizá sin las claves necesarias para recoger todo. Familiar y al tiempo desconocido, confuso quizá».
…A pesar de ser proclive al hastío y renuente a la repetición, siempre que puedo me acerco una y otra vez a presenciar y fotografiar El día de la Tarasca, de los Gigantones y los Cabezudos o de la transustanciación de la materia en espíritu. Siempre que lo hago noto, perplejo, que me vitalizo. Eso me hace preguntarme: ¿Me habré equivocado en cultivar una mala relación con la ciudad? Tendría que haberme integrado activamente en su mortecina manera de ser? Me contesto que no, que eso sería imposible porque reconozco a sus gentes, sus caras y sus semblantes, sus talantes reservados y desconfiados; su inmensa y abismal insustancialidad. También el evidente engolamiento de su manera de estar y, sobre todo, su mortal rigidez y sus tristes y previsibles convicciones. Sí, son ellos, los que desfilan, la máxima representación simbólica de las figuras dominantes en el masoquista juego de vivir aquí…
…No obstante, me gusta la procesión, simplemente porque fotografío, porque intento meterme en las entrañas de esas gentes con mi cámara. No sé si lo consigo, aunque a mí al menos me parece que sí. A pesar de la soberbia solidez que les otorgan sus suntuosos ropajes tradicionales y sus concentradas actitudes, ligeramente displicentes, no consiguen desprenderse de un gesto de vulnerable cansancio. Son actores de una ceremonia racionalmente imposible, sin sentido ni razón, pero que a ellos les sirve, supongo, porque claro, ahí están cada año, los mismos; reincidentes, pero sin arrepentimiento ni propósito de enmienda, me parece…
DESCONEXIONES (de una Supuesta Realidad). ÉRASE UNA VIEJA CIUDAD HABITADA por hombres a los que les faltaba la risa y, en algunos casos más graves, hasta la sonrisa…creo saber porqué…
Sr. Fácil. Viste dalmática y porta un mazo de incierta utilidad. Desfila en los prolegómenos de la obra y anunciando el inicio de los actos que se representarán. Su carácter no contiene especial relevancia, salvo que debe mostrarse ligeramente risueño, relajado y útil. Casi nadie le hace caso, pero a él no le importa. Se ha creado una imagen de andador infatigable que sonríe cuando camina, y aunque lo parece, no canta.
(Nota: Los perfiles descritos son mera ficción y nada tienen que ver con la persona fotografiada. La figuración es así presentada para mejor expresar el espíritu de la obra.)