"Hay muchas más maneras de no ser que de ser". Jorge Wagensberg
«ya sabemos lo que es una cabeza» A. Bretón «Yo no, yo no lo sé» Giacometti
Ah, y en las fachadas (allí, donde se detiene la mirada), suele haber ventanas y estas, habitualmente cerradas y oscuras, suelen sugerir interrogantes y misterio. Ya está. Esa es toda la presentación que se me ocurre para esta serie. Le digo al «fotógrafo» que apenas hay mucho más que decir sobre las ventanas. No lo entiende, él piensa que sí, que las ventanas encierran o más bien cierran y ocultan a la mirada, todo un mundo de secretos sobre los que se puede fabular, imaginar, insinuar…y más. Sí, de acuerdo -le digo- pero eso sería otra cosa. Me parece que está muy claro que, las fotografías muestran ventanas y poco más pueden hacer. Los mundos interiores que las ventanas oscuras y cerradas esconden, pertenecen a lo -no visible- y por lo tanto no son susceptibles de ser mostrados fotográficamente. Para adentrarse y elucubrar sobre esos universos escondidos, habría que recurrir a lenguajes poéticos, literarios, tal vez. No, no es patrimonio de la fotografía recrear mundos invisibles. No obstante, las ventanas, conveniente y sugestivamente mostradas, pueden abrir vastísimos territorios a la fabulación y el misterio; como en esta fotografía, por ejemplo, en la que el ventanuco cuadrado y negro de la pared, combinado con el perfil adusto del individuo, sugieren un paisaje urbano estrecho, pequeño, sombrío. Mis argumentos no dejan al «fotógrafo» satisfecho del todo, pero tampoco tiene otros que contrasten con mi opinión, por lo que el «tema» de las ventanas se queda suspendido en el misterio de lo ignorado, como el título de la serie: -El misterio de las ventanas-
…Cuesta abajo se repitió la misma actuación, pero más vigorosamente; había más hombres con túnicas y tambores y golpeaban con más fuerza. Cuanta más gente hay en los acontecimientos que presencio, más me interesan las aproximaciones: cuantos más, menos, y más cerca. Siempre prefiero lo único como suprema expresión de lo múltiple; o la soledad que habita entre la multitud. Los muchos me confunden y me hastían. Con ellos todo resulta desoladoramente previsible y sudoroso, y a veces, inevitablemente, por la gracia y causa de su naturaleza gregaria y salvaje, amenazador…