La quieta luz del camposanto alumbraba vacíos y cadenas…
ESTA FOTOGRAFIA PUDO PUBLICARSE EN PhotoArt, (revista de fotografía Checa), PERO NO FUE ASI.
A sugerencia de un fotógrafo conocido y con obra interesante que había publicado un portafolio en esa revista, y una vez comprobé que la publicación tenía una calidad estimable, me animé a proponerles la publicación de un portafolio: una de las fotografías que lo compondrían sería esta titulada: La quieta luz del camposanto alumbraba vacíos y cadenas.
Un destino, por más que externamente se considere acabado, sigue siendo actualidad mientras no lo hayamos entendido en su totalidad. Sólo cuando ha dejado de sernos misterioso tenemos derecho a considerarlo pasado». Arthur Schnitzler…
…Vivo intentando que el pasado no me alcance. Escruto y me revuelco en el presente pensando en un futuro piadoso, en el que la ineludible celebración de la tragedia final sea indolora. Sé que es así porque a veces siento la presencia de Mefistófeles cerca, o quizá sólo lo imagine. Cuando transcribía la cita de Schnitzler, he pensado que todo tenía sentido para mí, que soy un tipo con suerte; aunque sin ella. Me consuela pensar que si el final está vinculado a cuando por fin entienda algo, tengo una larga vida por delante…
…Mi tiempo de viaje es distinto a cualquier otro: en momentos,
doloroso y otros, «sumamente gozoso» (insisto, doloroso a veces). Al ponerme en camino cambian los escenarios donde actúo habitualmente, lo que me ocasiona un cierto trastorno, aunque también afila la mirada y a veces hasta los sentidos. En el viaje hay momentos de celebración, de gozo, y son cuando aparecen los flechazos, encuentros que aunque siempre buscados, raramente se dan. Son enamoramientos fulgurantes, breves y esquivos. Quizá fotografío porque desde muy niño sólo deseaba enamorarme locamente; era lo único que me interesaba a todas horas. Sospecho que nunca progresé gran cosa en nada porque todas mis energías las dedicaba a la búsqueda de encuentros locamente deseados. Soñados. Súbita e ineludiblemente apareció la fotografía en mi vida; no podía ser otro lenguaje, conectado al hallazgo repentino, desenfrenado e inquieto, rápido e inconstante y al mismo tiempo obsesivo, enfermizo tal vez. Para mí, la fotografía no es tanto un lenguaje «artístico», valoración de la que dudo siempre, salvo estimables y escasas excepciones, sino, más bien, un excelente medio de proyección íntima e inmediata, por su facilidad de ejecución y conexión impetuosa entre la emoción y el momento: espacio y tiempo ante la visión…
ESTA TAMBIÉN. No suelo embarcarme en estas aventuras: desconfío de la acogida que pueda tener mi obra y no me gusta perder energías en asumir indiferencias y negativas de los demás. Sin embargo, y para mi sorpresa, la respuesta fue afirmativa. Me dije: debe ser porque es una revista lejana y como, por esa misma razón, no me haré famoso, puedo perder el tiempo un poco. Esta podría ser otra de las fotografías publicables y la titulé: Parece que aguardasen la vuelta de sus vidas.
…Capítulo 6. Por cierto, y ahora que recuerdo: hace dos años aproximadamente, cuando me sentía entusiasmado con el proyecto -la habitación de retratar–, Naty, una empedernida optimista, se atrevió a enviar un correo a su mujer, Elvira Lindo, también una estupenda y divertida escritora, proponiéndoles retratarles. ¡Qué risa! Naturalmente dijeron que no; amablemente, eso sí, porque parece que son personas cultas y educadas, o al menos eso demostraron. Así no hay manera de engrandecer mi «carrera» artística. Dónde queda la solidaridad entre artistas; si ellos me necesitaran para ensanchar su horizonte creativo, yo acudiría en su ayuda muy honrado, animoso y feliz. De lo que ellos no se percataron, y ciertamente tampoco pareció importarles una mierda, es que así tampoco tendrán nunca un retrato del prestigioso fotógrafo que soy (según google). Ni se nos ha ocurrido volver a intentarlo con gente insigne y famosa, porque nosotros no lo somos, claro…O, simplemente, lo que sucede es que me falta altura artística para acceder a personajes reconocidos de la gran cultura. También podría ser eso, digo yo…