"Hay vidas extenuadas por una intensísima vocación pero artísticamente estériles, incapaces de producir nada de mérito". Javier Gomá Lanzón
NOTICIAS DE LA DICHOSA NUEVA WEB XII: a partir de esta premisa cómo no me iban a salir más de novecientas miniseries, en realidad, al no haber estado sujeto a canon alguno, tendrían que haber sido muchas más. Pero mis facultades son las que son. Como dije hace días los capítulos son veinte y esta es una de las posibles arquitecturas, la que se me ha ocurrido en este momento. La estructura podría ser otra y otra y otra, y haber establecido relaciones entre imágenes diferentes pero lo que ha resultado es la consecuencia de avanzar e ir creando por el camino…
…Me resulta inevitable, cada vez que me acerco a cualquier teoría, reflexión o filosofía sobre y del arte, que proyecte mi preocupación o gusto por el hecho fotográfico. La eterna cuestión: ¿hasta dónde puede penetrar la fotografía en la esencia y sentido del arte? No puedo sacudirme el complejo de que llegué a la fotografía una vez constatadas e inventariadas todas mis incompetencias. -La técnica la aportan los instrumentos de reproductibilidad mecánica, luego yo sólo tengo que poner mi excelso espíritu y todo irá bien -me dije- pero enseguida empecé a darme cuenta de que los instrumentos y soportes se negaban a cargar conmigo y con mis inepcias; que mi espíritu no era tan delicadamente creativo. Ni genial…
Esta es la primera y única foto que vendí en mi primera exposición.
Mientras se me ocurre el título, que no tiene porqué ser necesario, contaré un poco cómo voy. De los jóvenes y talentosos profesionales con lo que he contratado la programación, nada sé. Llevamos más de un mes sin vernos y sin contactar, a instancias mías, porque bastante tengo con mi interminable confusión. Les llamaré cuando tenga algo de contenido para que ellos lo lleven al espacio virtual, en el único que puede vivir alguien como yo. Mi ofuscación tiene explicación y no es otra que yo no suelo fotografiar con un guión o un mapa y mucho menos con una meta. A esa actitud se la podría definir como inaprensible genialidad, imposible de encauzarse en direcciones pragmáticas y ordenadas, como suelen hacer los artistas; o simplemente como atolondramiento congénito e irredimible. Por ejemplo, el Señor Fontcuberta trabaja sobre proyectos que define y planifica, además de dotarles de un cuerpo filosófico sobre el que sostenerse. Cuando todo lo tiene claro crea imágenes que no tiene ningún problema en contar porque ya lo tenía todo pensado antes de empezar, y además porque es un hombre formado e inteligente. Otro ejemplo: el Señor Madoz decidió crear imágenes muy ocurrentes, inverosímiles por el ejercicio de inmensa originalidad que despliega y luego dice que esas imágenes tienen un importante componente literario. Él sabrá…
…Si pienso en mi relación activa con el surrealismo, se me ocurre que quizá sí tenga algo que ver con esas «maneras» (al menos me gustaría que fuera así, pero nadie me lo ha dicho nunca y claro, lo que no se formula es como si no existiera). Lo que sí sé, es que cuando cogí una cámara con el propósito de hacer «obra» fotográfica, allá en los finales de la década de los setenta, lo único que se me ocurría, espontáneamente, eran fotografías muy próximas a las que pude ver en la exposición, salvando las distancias talentosas y todo eso, pero en esencia mis imágenes de aquella época, y también las que estoy realizando últimamente, se parecen. Creo. Por cierto, las que vi en la exposición eran sumamente interesantes: Dora Maar, Man Ray, Brassaï, Claude Cahun, Hans Bellmer, Raoul Ubac, Jacques-André Boiffard…
«¿Qué es el surrealismo? Un sueño, el relato del sueño, una película, un álbum de fotos, un poema, un collage, un cuadro en el que hacen eclosión imágenes animadas y duraciones automáticas. En el ámbito de la fotografía, los retratos que salen de las cabinas de fotomatón son tan penetrantes como los rayogramas de Man Ray o las petrificaciones y los negativos quemados de Raoul Ubac…» Georges Sebbag
…Viernes, cinco de Abril. Siete de la mañana. El insomnio me visita de vez en cuando. Irritante. La noche pasada, a las cinco de la madrugada, se me acabó el sueño. En ese momento comenzó un movimiento incesante de obsesiones: terribles y penosas enfermedades que me acechan como lobos hambrientos, recuento de las innumerables acciones ridículas de mi vida y algunas idioteces más, también nefastas. Maldita sea, este diario se parece cada vez más aun diario íntimo sin intimidad…