El azar infalible de los objetos…
LA VIDA INMEDIATA XXII…Al día siguiente, por la tarde, me tocó ver al primero. Un tipo sanguíneo que al parecer era cirujano vascular, o algo así. Menos mal que era muy simpático y dispuesto. Me hizo una ecografía de las arterias del cuello y dijo que estaban perfectamente, que cumplían su función sin dificultades, al menos en ese momento. También me informó que la tensión arterial era intolerablemente alta. Era una mala noticia, pero bueno, supongo que controlable. La novedad significativa fue que nos señaló la puerta de otro especialista, en este caso un neurólogo. Si el mal no estaba fuera de la cabeza y el síntoma se manifestó en ella, pues había que mirar dentro. Lo entendí pero no por eso me sentí mejor. Dentro de la cabeza podría haber cualquier cosa, y no buena precisamente. Que está desprovista de inteligencia lo sé desde pequeño pero no tengo ni idea si ha generado algún mal en su interior porque síntomas especiales no tengo. Podría ser un tumor, por ejemplo, y lo que me sucedió el domingo podría ser una tímida y primera señal. Veremos…