"Pasan trenes en la tarde y su tristeza permanece en mí." Antonio Gamoneda

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-19
Referencia
6080

APÉNDICE a nuestra visita al Museo Thyssen-Bornemisza, el veinticuatro del mes pasado: sí, porque disfrutamos mucho de la exposición de Andrew y Jamie Wyeth (padre e hijo). Ambas obras se confunden y se mezclan hasta ser una misma. Se complementan. Ha sido una gran idea exponer a estos dos geniales pintores juntos y mezclados. Una mirada más atenta que la mía podría identificar y separar unas obras de otras, de padre e hijo, de modo natural e infalible. Sin embargo, yo en algunas tenía que leer las cartelas para atribuirlas. No tenía importancia, o sí, porque su visión como artistas era diferente. Ambos han creado su obra en el campo, muy apegados a un estilo de vida naturalista e independiente, alejados del mundanal ruido artístico que a mediados del siglo XX se encontraba, fundamentalmente, en Nueva York. Ambos se podrían encuadrar en una pintura naturalista, sin embargo en el desarrollo pictórico aparecen formas, matices, derivaciones, profundamente personales e intransferibles. Siempre hay algo que los singulariza y los aparta del mero realismo para alcanzar otra dimensión. Pintaron animales, perros, terneros, pájaros…y personas, es decir, retratos, pero todos esos seres vivos pintados por ellos, alcanzan otra dimensión, personalísima siempre. Su planteamiento creativo no podía ser más sencillo: «Pinta lo que te inspire en cada momento; pinta lo que conoces y amas». Andrew Wyeth. No puedo estar más de acuerdo. El arte es eso y poco más. He de decir que, en la mañana del veinticuatro, empleamos más tiempo y disfrutamos considerablemente más con los Wyeth, que con los Realistas. Un gran día de arte.   

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-13
Referencia
3717

LO QUE NO PUDE HACER UN DÍA (lo hice el día siguiente). Veinticinco de febrero (jueves). Ayer decidí fotografiar y me encaminé con mis pertrechos a un escenario que había localizado hacía una semana. Cuando llegué al lugar, y a mitad del laborioso despliegue de los bártulos necesarios, me percaté que me había dejado parte del equipo, como por ejemplo la batería de campo del flash (la culpa la tuvo Charlie que me acuciaba a cabezazos para que saliéramos inmediatamente). No fotografié claro y volví a guardar en el coche lo que ya había desplegado. Me enfadé. El viernes volví al mismo sitio, pero eso sí, puse especial cuidado en que no se me olvidara nada. Antes de salir me dije si no sería conveniente que hiciera un guión de las fotografías que podría hacer; pero no me hice caso. Me lo expliqué diciéndome que a estas alturas no necesitaba apuntes, sino solo intuir por donde podían ir las cosas. Sí, porque si todavía me creyera algo, me lo tomaría muy en serio y realizaría una concienzuda planificación. Pero no, ya no me creo nada y menos en fotografía. Lo que hago carece de mensaje, y de relato, y de intención, y de arte, y de casi todo. Solo son fugaces y efímeros rayos en la lejanía que brindo al olvido y que solo sirven para que mi perrito y yo pasemos un buen rato al sol. Ah y a ser posible que nos provoquen unas contenidas y silenciosas sonrisas.     

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Toledo (Estpaña)
Fecha de diario
2017-04-11
Referencia
3398

CASI TODOS LOS LIBROS (últimos)… Ah, lo que sí parece que está cambiando un poquito es la relación con la lectura; sí, con el deseo de retomar urgentemente la lectura. He empezado con La vida negociable, de Luis Landero (por cierto, la fotografía de hoy se parece a la de la portada de la novela, solo que la mía es más «creativa»). Comienza siendo una mórbida y envolvente historia, de esas que no puedes dejar de leer porque la disparatada vida del protagonista te causa estupor y no sabes hasta dónde podrá llegar. Contiene uno de los aspectos esenciales de la novelística y que no es otro que la necesidad de saber qué habrá al otro lado del montículo que has comenzado a subir. En cuanto al estilo, por llamarlo de algún modo, es el adecuado, sencillo y eficaz. Landero sabe escribir, sin duda…

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD SFX. 200 (100)
Fecha de diario
2018-09-15
Referencia
3913

DIGRESIÓN SIETE. Dnevnik masinovodje (Diario de un maquinista). Serbia (2016). Guion y dirección: Milos Radovic. Reparto: Lazar Ristovski, Petar Korac, Mirjana Karanovic, Jasna Djuricic, Mladen Nevelic, Nina Jankpovic. Esta vez la etiqueta temática se orienta hacia el –realismo mágico– y está estupendamente elegida. La historia, aparentemente pequeña e intimista, en todo momento, en cada plano, en cada mirada entre los personajes, en cada tímido abrazo, irradia sensibilidad y emoción. Todos perdidos, todos necesitados, todos dulcemente infelices, aunque con resignada tranquilidad y eso les hace inteligentes, sabios. Viven en locomotoras y vagones devenidos en viviendas pulcramente decoradas, con un jardín maravilloso común  que cuidan con primor. Los maquinistas que conducen viejos trenes por descuidadas vías arrastran en su memoria y conciencia demasiados accidentes mortales que los acompañan en sus pesadillas y sufren por ello. Lo hacen con adusta sobriedad. El chico joven y desubicado quiere ser maquinista y lucha a brazo partido por serlo. El viejo maquinista que involuntariamente lo adopta, no quiere que lo sea y lucha enconadamente para que no lo consiga. La bellísima novia del viejo maquinista, que murió atropellada por un tren hace veinticinco años y a la que nunca ha conseguido olvidar, se presenta y juntos viven un último momento de su eterna historia de amor. Y el perro punky, calvo y con cresta y cola blanca, va y viene en la vida de los protagonistas como inseparable compañero. Tierna y emotiva película sobre atropellos en vías muertas y amores imposibles, con un desenlace esperanzador desde la más absoluta desesperanza.

Konewka: ateridos de frío se nos ocurrieron fatales juegos de sombras, pensando en un pasado tétrico...

La resignación ante el paisaje de siempre…

"El arte es algo privado y el artista lo hace para sí mismo; el arte comprensible es el producto de periodistas". Tristan Tzara

"La realidad sólo existe si la soñamos”. Juan Marsé.

"El cuerpo es el gran poema". Wallace Stevens

La soledad de los borrachos…