De Futuroscope a Toledo…una puerta cerrada en Washington…y seguí sin aprender nada…

«En su carencia de mitos, plantamos la tienda de nuestras empresas espirituales; en su vacío nos ejercitamos en la aventura. ¡Qué molestia, sus posibles esperanzas! Un país que ya sólo sirve de zona de despegue hacia las alturas y las irrealidades del espíritu, un país sin punto de apoyo alguno, pero respecto del cual podemos aún definirnos como lo haríamos delante de un cielo pálido, sabiendo que oculta un cielo azul. Es que por benévolos que seamos, sólo le encontraremos como excusa su pasado. Cuando Europa esté cubierta de sombras, Francia seguirá siendo su tumba más viva». E. Cioran (De la France, 1941)

…Después de este largo preámbulo pasaré al trabajo de campo. Seis de Mayo: nada más levantarme (seis de la mañana) me acordé de mi madre que hoy habría cumplido ochenta y cinco años pero, desgraciadamente, falleció hace veinte. Creo que no estuve nunca a la altura de lo que se merecía. Nunca he estado a la altura de nada, o sí. No sé. De lo que hice hasta las diez menos cuarto, no me acuerdo, supongo que las habituales eventualidades domésticas sin importancia. Cogí el aparatoso equipo (maleta y trípode), me puse un sombrero (para disimular y para pasar por turista por si me encontraba a alguien medio conocido y así ayudarle a que me olvide de una puñetera vez) y me dirigí a la ciudad, la de siempre y la Contemporánea al mismo tiempo (como todas, claro). Para no perder la pista de la máxima Contemporaneidad, procuré investirme de un espíritu fresco, epidérmico y «Contemporáneo» (exprés), sensible a esas visiones, quiero decir… 

…De todas formas, los artistas locales se hacían perdonar por su entusiasmo y la ingenua fe que ponían en su empeño. Además, las obras que habían producido tenían las formas y formatos de imprescindible originalidad, para que también pudieran calificarse como «investigación creativa». Estupendo. El aspecto más discutible, al menos para mí, es que habían llevado demasiado lejos su gregarismo temático y político. Por si fuera poco, a los puentes les habían buscado el lado simbólico y progresista: los puentes no sólo cruzaban ríos y unían orillas, sino que, metafóricamente, aliaban civilizaciones, culturas y todo lo demás. Hasta lo que maldita la falta que hace unir. Supongo que, para alcanzar un cierto estado y estadio de bienestar social, hay que ser crédulo y emprendedor: «siempre positivo; nunca negativo«. Como dice uno de los textos, de autoría anónima, recogido en el suntuoso catálogo de la exposición: «…todos ponemos énfasis en pensamientos negativos y pocos en lo positivo, por eso es que hay más perdedores que triunfadores». Qué curioso que hayan incluido esta cita triunfante, por otro lado bastante simplista. Debió ser porque, si no eres o muestras gestos positivos e integradores, te quedas sin subvención y sin catálogo. A los gobernantes no les gusta desmoralizar a sus gobernados, es decir, a los que pagamos la ronda…

…Llegué al evento exactamente a las ocho. Me gusta ser puntual, porque como dice el narrador de un relato de Fleur Jaeggy «La puntualidad ya es un retraso«. Mi amigo recibía a los asistentes en la puerta. Nos saludamos y entré a ver la exposición. El título (que lo tenía) era Puentes. Se trataba de una muestra de cinco artistas maduros, muy prolíficos por cierto, más un invitado (más maduro y prolífico todavía). Sus especialidades eran: fotografía (mi amigo), escultura, pintura, mezcla de ambas, es decir, escultopintura, instalaciones… Además, y a través de un lujoso catálogo, colaboraban con escritos: políticos locales, escritores locales, poetas locales y gestores culturales locales. El dinero para la edición había salido de fondos de instituciones locales. Todo era muy local. Como los artistas locales están en la madurez, los asistentes a la inauguración también éramos locales y maduros. Esa circunstancia, hizo que el evento se convirtiera en un festival de carnes fofas y gestos cansados. Reconocí, no sin esfuerzo, a dos mujeres con las que tuve algo que ver sexualmente, con un puntito de barroquismo erótico (me parece recordar), hace veinticinco años. A veces el azar es inmisericorde y cuando aparece, brutal y sorpresivamente, puede causar daños espirituales a personas débiles e impresionables (como yo, por ejemplo). La fealdad, y como dice una amiga mía «la viejud», triunfaba exultante en un ejercicio de funesta naturalidad. Mirando a mi alrededor no pude evitar pensar que, los artistas y sus amigos (a estos actos sólo asisten ellos), dado el avanzado estado de deterioro en el que nos encontramos, el supremo acto artístico al que podríamos dedicarnos (por la dificultad que entraña a estas alturas) es la práctica promiscua y divertida del sexo. No lo digo sólo a modo de «boutade», que siempre son ocurrencias muy literarias, sino como una propuesta espontánea, pero con fundamento: –el arte también es la búsqueda del imposible-. Otra variable de mi urgente e irreflexiva teoría: –al arte que se dediquen los jóvenes, porque facultades y oportunidades para el erotismo activo se les supone…  

…Doscientos metros más adelante, giramos a la derecha. En esta nueva avenida, a ambos lados, grandiosos e impresionantes edificios. Detrás de su hermética frialdad se intuían fabulosos tesoros e importantísimos secretos. -Este es el gran mundo del que te encuentras tan alejado como un pequeño e insignificante guijarro de un descampado cualquiera-, me dije. No obstante, me sentí feliz. No esperaba nada de nadie; ni siquiera de mí mismo…