Titubeos en el claroscuro…bordeando el suicidio…
LOS PELIGROS DE LA FOTOGRAFÍA «creativa»:
una mañana, a finales de Agosto, Naty y yo nos dirigimos animosamente a una casa abandonada, a desarrollar una de las ya conocidas y «famosas secuencias-performances» que vengo realizando últimamente. Siempre que me cuelo en una casa de esas características siento una cierta desazón porque nunca sé qué podrá ocurrir. Con qué seres reales o sobrenaturales, todos malignos en mi acobardada imaginación, me podré encontrar. Pero esa mañana, sorprendentemente, lo que ocurrió fue de otra naturaleza…
…Nos preguntamos qué hacer: no nos contestamos (otra explosión similar podía provocar derrumbamientos que nos hicieran daño). Seguimos montando el equipo e iniciamos la sesión como si nada hubiera sucedido. Dos horas después nos íbamos de la casa aún un poco sobrecogidos y mirando sospechosamente a nuestro alrededor; pero no, no había nadie por ningún lado.
…Cuando nos disponíamos a iniciar la sesión, en un gran espacio vacío y penumbroso en la planta baja, sucedió: una gran explosión hizo que la casa se conmoviera y vibrara durante unos instantes. Enseguida nos llegó un fuerte olor a pólvora. Nos miramos pálidos, aterrados. Crucé corriendo un patio grande y me dirigí a la escalera que daba acceso a la planta superior de la casa, donde había ventanas a través de las cuales podía ver el perímetro de la casa y el montículo donde habíamos visto a los dos hombres. Pero nada, nadie por ningún lado. Ni rastro de ellos. Sólo campo solo. Había sido una explosión fantasmal? No, los dos la habíamos oído, sentido y olido. El propósito o razón de la explosión era lo único peligrosamente fantasmal…
…Cuando nos acercábamos a aquel desolado caserón, en pleno campo abandonado, a unos trescientos metros, en una elevación del terreno, vimos una furgoneta y dos hombres que se movían, aparentemente haciendo algo. No tenía sentido porque el descampado carecía de cualquier interés. Dejamos el coche entre unos árboles y confiamos en que no nos hubieran visto. Entramos en la casa discreta y rápidamente y descargamos el equipo y algo de atrezo. Cerramos la puerta por dentro para evitar indeseables sorpresas…