"Quien ha sufrido una muerte aparente, puede contar cosas terribles, pero lo que no puede decir es lo que sucede después de la muerte…". Franz Kafka
HOY, HACE 81 AÑOS, MURIÓ FRANZ KAFKA. Emprendió la corrección de Un artista del hambre, cuando estaba gravemente enfermo. Según su amigo, Robert Klopstock , cuando terminó las correcciones, lo que debió de suponer un esfuerzo anímico extraordinario, el rostro de Kafka, un hombre parco en la exteriorización de sus sentimientos, estaba bañado en lágrimas. Luego arrancó con toda violencia el cardioscopio y lo arrojó a la habitación; «ya no más torturas, para que alargarlo«. Cuando Klopstock se apartó de la cama, dijo Frank «No se vaya» El amigo repuso: «No, si no me voy» Frank respondió con voz profunda: «Pero yo me voy«. Max Brod
…y es entonces cuando empezamos nosotros a morir también.
Alvaro Mutis.
El Cementerio de Colón es el lado retraído de La Habana. Retraído, incluso a pesar del excesivo mármol, de los mausoleos monumentales, de las estatuas alegóricas, de la afectada grandeza y de tanta (tanta) vanidad.
Abilio Estévez. Inventario secreto de La Habana.
DIGRESIÓN TRES: Ida, de Pawel Pawlikowski, (Polonia, 2013)…Y después, qué pasará después… y después… y después… y claro, como después nunca pasa nada, hay que saltar al vacío, a la Nada, sin más remedio. Las protagonistas no pueden soportar el Después. Esa es la piedra roseta de esta convulsa historia, me parece. Es la esencia y sustancia, es la desesperación, el sabor cruelmente amargo de que no hay solución. Es una intensísima historia, que no da tregua, ni margen, ni respiro, sobre todo porque está sostenida por una textura en blanco y negro que entrecorta la respiración. Fotográficamente es de una belleza majestuosa pero intimista; seca y desasosegante pero lírica; sobria y acariciadora pero mortal, venenosa. El drama parece existir y consistir gracias a una fotografía turbadora. También la historia, por supuesto, la de las dos mujeres, la tía y la sobrina, ambas heridas y sin salvación: una elige la catarsis, una existencia señalada por la imposibilidad y la inteligencia que solo, coherentemente, puede acabar de un único modo. No hay otra salida para los que han experimentado que la vida lúcida es insostenible. Para la joven sobrina es igual, pero ésta adopta otra vía más desoladora: enterrarse viva, pero eso sí, revolcándose en la morbidez viciosa y adictiva del embrutecimiento del silencio y de una supuesta espiritualidad superficial, estúpida y banal. Hay otra lectura posible de esta historia, tangencial y secundaria y no es otra que ciertas creencias dogmáticas e incuestionables para determinadas personas solo son consecuencia del lado fútil del azar. Qué es ser judío o católico más allá de unas triviales convenciones y normas morales escritas por gentes muertas ya? Sencillo: nada de nada. La joven protagonista, de ascendiente judío, se cría en un entorno católico y por lo tanto será católica hasta el final de los tiempos, como no puede ser de otro modo, salvo que hubiera estado herida por la lucidez, como su tía. Qué es ser judío o cristiano, nada de nada, pura fatalidad. Por cierto, me llamó la atención no ver a esos otros malignos, cargados de estúpida y despiadada ideología asesina: los comunistas que reinaban en Polonia en el momento en el que se desarrolla la historia. Mejor, un disgusto menos. En definitiva, una película de belleza inolvidable.
…SOBRE EL CONFORMISMO Y EL PLACER EN LA MUY MADURA EDAD V: Releyendo el texto de ayer, me siento muy satisfecho con el epitafio que se me ocurrió sobre la marcha. Tendría que dejar escrito en mi testamento que esa frase es la que quiero en mi lápida (me temo que como no lo encargue yo antes de que me metan dentro me quedo sin epitafio) para el resto de los tiempos. Es que si no, lo de quedarse para siempre en un sitio solo con el nombre queda sosísimo (o ni siquiera, como en la fotografía de hoy); sin información ni nada por lo que ser recordado. Para eso mejor que me incineren que es el colmo de la sinsustancia y la máxima expresión de la desaparición absoluta. No, yo quiero quedarme en la tierra el máximo tiempo posible, pero con algo de información unida a mi nombre, porque si no supondría que debajo de la lápida no hay nada y no será así porque mi vida al menos se ha llenado de días y días, miles de días que he desperdiciado y creo tener el derecho a confesarlo y que conste de algún modo para la historia. Sería muy triste que no fuera así, después de haberme tomado tantas molestias para conseguirlo, aunque solo haya sido levantarme y vestirme todas las mañanas…