"...toda la nostalgia del infinito se manifiesta tras la precisión geométrica de la plaza…" Giorgio de Chirico.
Algo acerca de los edificios ahí puestos.
Pero no, no tienen más intención que la de posar.
Primero se instala el aburrimiento; después, la desesperanza.
Lo que ocurra después a uno no le importa.
Lo que trajo a uno aquí -el deseo es componer
Algo sobre el silencio de la plaza,
O algo más, de lo cual uno no es consciente,
Acaso la vida misma-, ¿quién sabe?
Primero se instala el aburrimiento; después, la desesperanza…
Algo sobre el silencio de la plaza. Mark Strand (traducción Dámaso López García)
No sé por qué, esta plaza, en una calurosa tarde Junio, transmitía una opresiva tristeza
…El pueblo casi me deprime en solo dos horas, así que pensé en irme cuando empecé a notar los efectos de la melancolía y el decaimiento. Hasta andar me costaba: sentía una creciente pesadez en las piernas, los pies se me pegaban al suelo y casi tenía que tirar de ellos, terminé arrastrándolos penosamente camino del coche. Las razones eran varias, me pareció, y tenían que ver con la pequeñez asfixiante del lugar, impregnado de una atmósfera oscura, ominosa, mortecina y desvitalizada. Tenía que ver con la omnipresente religión por todos los rincones del pueblo (hasta barrio judío hubo). Desde cualquier lugar se veía la inmensa mole del Monasterio, la Hospedería, las iglesias, todo, absolutamente todos los edificios singulares me sugerían una sombría y pesarosa solemnidad. En lugares así, tan apartados y pequeños, se está condenado a vivir en estrecha, opresiva y cotidiana frecuencia con los demás, con los dichosos convecinos ¡qué desagradable circunstancia! De hecho, yo, que solo estuve dos horas, vi varias veces a algunos de ellos, solo nos faltó saludarnos o mejor mirar hacia otro lado. Salí de allí corriendo como alma que lleva el diablo. No volveré.
Díptico fotográfico dedicado a Claudio Magris (2):
Otros lugares se cierran en un opaco silencio y el encuentro fracasa; también el viaje, como toda aventura, está expuesto a la derrota y a la esterilidad. Y esto sucede porque el viajero -por ignorancia, soberbia o acidia- no encuentra la llave para entrar en aquel mundo, el vocabulario y la gramática para comprender aquella lengua y descifrar aquella cultura.» Claudio Magris