La fotografía fácil o un cierto sentido de la composición, servida con texturas "ad hoc", para calmar las ganas de hacer por hacer…

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Almonacid, Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-17
Referencia
3251

LOS REALISTAS II, en tres anotaciones y tres fotografías tan realistas como lo contrario, de montones de tierras: pero, también puede ser que como  propósito  o forma de crear arte sea un esfuerzo fallido, malogrado. Como fotografiar, porque según recoge Félix de Azúa en su Diccionario de las artes: «Malévich consideraba un atraso que la pintura tuviera la pretensión de reflejar el mundo y las cosas». La sensible diferencia entre los Fotógrafos y los Realistas es que, estos últimos, hacen la fotografía a mano y claro, esa especie de vibración, de aura, que va desde la carne hasta el objeto representado, esa transmisión espiritual, es perceptible. Ya lo decía David Hockney: «Una cámara no es capaz de ver lo que ve un hombre: siempre se pierde algo» (yo añadiría, como parte interesada, y viceversa). Tal vez solo sea cosa de estilo y soporte. La verdad es que no lo sé muy bien. Pero, también es verdad que cuando un «Realista» decide ocuparse en un contenido o tema, como por ejemplo cuando Antonio López elige cuartos de baño como temática capital de su obra, está proponiendo algo más que una mera representación aséptica, como Isabel Quintanilla con sus arbolitos frente a una tapia, tan fríos y neutros, a pesar del colorido. Antonio nos está ofreciendo una interpretación personalísima de estar en la vida y sentir el paso del tiempo. O dicho desde otra perspectiva, la elección de un retazo de realidad y el modo de interpretarla y pintarla, aunque aparentemente sea «realista», puede contener mucho más y que un espectador se sienta aludido sensiblemente y gozar de su interpretación, pues a fin de cuentas una obra terminada es una lectura personal de lo visto; pero también cierto y notorio, de lo que no se ha visto. A mí, por ejemplo, me entusiasman los baños y retretes de Antonio López, a través de ellos puedo percibirle, entenderle y hasta quererle…      

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Almonacid, Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-18
Referencia
3175

LOS REALISTAS y III, en tres anotaciones y tres fotografías tan realistas como lo contrario, de montones de tierras: pero, aunque puedo entender su afán de ir más allá y más allá y más allá, y no acabar nunca, me pregunto para qué. Nunca podrán llegar al fondo de la materia hurgando en ella hasta el paroxismo obsesivo. Eso siempre será un fracaso porque nunca se puede aprehender del todo nada. No es que lo diga yo, Antonio López, el más significado de los siete, también lo entiende así: «Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades». Lo entendieron los informalistas, por ejemplo, o los expresionistas abstractos y otros muchos que buscaron por otro lado, con otras formas y se quitaron la responsabilidad y la ansiedad de lo inabarcable de un manotazo. Supieron que el realismo nunca les llevaría a ninguna verdad, ni siquiera entrevista. Los realistas, y se les puede llamar así porque ellos se han dejado señalar de ese modo, nunca han renunciado ni han dado un paso atrás, por eso son héroes rotos y de algún modo malogrados. Sí, porque han elegido el camino más tortuoso, el de la imposibilidad. Con ese ánimo fui a ver la exposición, el de encontrarme con lo que nunca podrá ser. Luego están los espectadores que completan el ejercicio. Estos últimos somos más complacientes y quizá superficiales porque pensamos que con nuestro reconocimiento, en muchos casos asombrado, completamos el esfuerzo titánico de pintar unas granadas resquebrajadas, sin ir más lejos. Así, esforzados en hacer unos y en aplaudir otros, el arte alcanza una hipotética perfección y todo, absolutamente todo, acaba bien y mal, al mismo tiempo. Pero ¿y las granadas, que pasa con ellas? El problema es que eso nadie lo sabe ni lo podrá saber nunca. Lo mismo que con este montón de tierra, que he fotografiado porque sí, con ligereza y brevedad, para que no me haga daño. Sí, reproducir mecánicamente siempre será más inocuo que hacerlo a mano pero los que optamos por ese impotente y tecnológico lenguaje nunca llegaremos a alcanzar verdaderamente el más allá, desde el más acá, como intentan hacer ellos. Soy consciente de mi ambigüedad hacia el «Realismo» porque, por un lado, mis coordenadas están ahí, en la reproducción, y por otro, sospecho que es un esfuerzo quimérico e imposible.»El realismo no me atrae, y no sé muy bien qué es la verdad, puesto que cambia constantemente». Marck Strand.

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Almonacid, Toledo (España)
Fecha de diario
2016-04-16
Referencia
3246

¿Puede ser que la realidad no sea conocida con exactitud a no ser que el hombre se reconozca en ella? Karel Kosik
LOS REALISTAS I,
en tres anotaciones y tres fotografías tan realistas como lo contrario, de montones de tierras: ¿pero, quién ha sido el que les ha colocado el título? ¿pero qué es el realismo? No lo sé, quizá lo que afirma Kosik, puede que sí, que sea eso. O puede que solo sea una convención lingüística para así entendernos mejor. La pintura y el arte en general soporta cualquier argumento, concepto, explicación o disertación pedagógica, y etiquetado, sobre todo eso, la etiqueta, faltaría más. El pequeño folleto de la exposición que visitamos el veinticuatro de marzo ofrece generosamente matices, interpretaciones y génesis que se remontan incluso al siglo V a.C. y todos esos argumentos son sensatos, cómo no (por cierto, la presentación no está firmada, luego no supe quién era el alma mater de los acertados comentarios). Pero no he venido hoy al diario a hablar de lo ya hablado y tampoco de lo sabido. Sí, porque ya sabemos que la técnica de dibujo, pintura y escultura de esos artistas es impecable. Que llevan sesenta años analizando, estudiando la historia del arte, desvelándose por las noches en su indesmayable búsqueda de temas para sus obras. Que incluso se han inspirado en obras desde el renacimiento hasta ahora. Que, además, su esforzada y vocacional dedicación nos permite a sus contemporáneos disfrutar de sus recreaciones de los más sencillos objetos y colocarlos en otra dimensión, en otras palabras, nos abren los ojos hacia una manera de mirar más sensitiva y matizada. Y, por si fuera poco todo esto, que sus obras nos provocan una muy seria reflexión sobre el hecho de crear plásticamente. También, que sus obras escultóricas, tan hiperrealistas y fieles a la morfología humana, legarán a generaciones venideras testimonio icónico de cómo era la tipología popular de mediados del siglo pasado, con matices tremendamente expresionistas en su estatismo silencioso y desolado. Su aportación al arte plástico de la segunda mitad de siglo XX se inserta hasta la médula en la imagen más representativa de la cultura popular española. Solo cabe dar las más respetuosas gracias a estos grandísimos artífices y expresarles el más absoluto respeto y consideración como artistas y sobre todo como personas honestas y buenas. En ellos se da como en ninguna otra corriente artística la máxima de Kant: «Una obra de arte no es la representación de una cosa bella, sino la representación bella de una cosa»…

© 2021 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2021
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-DIGITAL 12.800
Fecha de diario
2021-12-11
Referencia
3240

EL MAPA DE LOS DÍAS
97. Domingo (05 de diciembre de 2021)

Salí de mi casa en torno a las diez de la mañana. Llevaba la cámara, pero no a Charlie Brown (servidumbres de la civilizada custodia compartida).
Nada que hacer, nada que pensar, a ningún sitio dónde ir. Me acompañaban, como casi siempre, todos mis deseos incumplidos y como son muchos nos constituimos (mis recuerdos y yo) en un numeroso grupo de peregrinos contritos y titubeantes.
Enseguida llegamos al puente que cruza el río y allí coincidimos con una masa de turistas que habían llegado en el último tren a la ciudad, a turistear todo el día de iglesia en iglesia (abundantes por toda la ciudad).
Los turistas parecían contentos, generalmente en pequeños grupos (tipo familia compuesta por padres de mediana edad y los previsibles hijos, generalmente anodinos adolescentes). Paraban en medio del puente a fotografiarse haciendo gansadas y tontunas. También estaban los serios que se atusaban el gesto para aparecer guapos con construcciones de trescientos años o más al fondo. Luego, ineludiblemente, tantas engalanadas poses se perderán en la profusión de carpetas en los dispositivos, supongo ¡¡¡qué cansancio, por Dios!!! Siempre lo mismo.
Qué lástima de lenguaje, el fotográfico, tan prometedor hace tan solo unas décadas, atropellado y banalizado por la abrumadora modernidad tecnológica. Quizá era su destino: morir de éxito.
En compañía de Mis deseos incumplidos: dolorosos algunos, medio olvidados otros, y secundarios casi todos, avanzábamos despacio. Eludimos la marea dominguera y nos desviamos hacia la senda que bordea el río, pero por dentro del espacio donde se asienta la ciudad.
Así, despacito, llegamos a una iglesia que, durante años y años, toda la vida diría, la he visto cerrada.
La iglesia, desde siempre me ha intrigado y gustado mucho, por ser pequeña, compacta, de unas dimensiones bellas y armoniosas. Mudéjar desde el siglo XIII, antes fue mezquita musulmana, y mucho antes templo visigodo.
Mira por dónde, la mañana del domingo, inesperadamente, me asistió la suerte porque el austero templo tenía la gran puerta de acceso entreabierta. Ahuyenté a mis deseos incumplidos, pegados enfermizamente a mi espalda, diciéndoles que me dejaran en paz, porque tenía frente a mí un deseo largamente incumplido que por fin podría satisfacer.
Entré y quedé maravillado por la elegante sobriedad de las arcadas en dos filas paralelas que dividen el interior en tres espacios. Los techos de artesonado madera. El retablo, con tan solo dos imágenes carecía de elementos decorativos reseñables, lo que contribuía a la sencillez del conjunto.
Gran experiencia estética en una mañana de domingo de la que no esperaba nada.
Después, ascendí hasta el centro de la ciudad desviándome por todos los callejones que salían a mi paso, tanto a un lado como a otro de la calle por la que caminaba, siempre optaba por alternativas azarosas convirtiendo lo que se suponía principal en secundario. Es mi sino.
Cuando llegué a la plaza de la Catedral y hasta la de Zocodover, fui encontrándome a miles de domingueros (léase turistas) que hormigueaban por las calles del centro. Algunos de ellos serían los que cruzaron el puente al mismo tiempo que yo y mis deseos incumplidos. No nos saludamos. Nos desconocimos desdeñosamente.
La Fotografía: Interior de la Iglesia de las Carreras de San Sebastián, con pianista dentro. Permanecí solo en la iglesia durante bastante tiempo, acompañando al pianista, joven y talentoso (parecía) entregado vigorosamente a ensayar composiciones musicales que no supe identificar (por desgracia no tengo memoria musical). Me recreé despaciosamente con la belleza del templo, la música bellamente interpretada e íntimamente satisfecho por haber cumplido un deseo que venía de lejos: ver y disfrutar del interior de una iglesia siempre cerrada.

© pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Referencia
© 2014 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2014
Localizacion
Guadalupe, (Cáceres, España)
Fecha de diario
2020-03-21
Referencia
7077

DIGRESIÓN DIEZ. Intemperie. España (2019). Guion: Pablo y Daniel Remón y Benito Zambrano (novela de Jesús Carrasco). Dirección: Benito Zambrano. Fotografía: Pau Esteve Birba. Intérpretes: Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero, Manolo Caro, Kandido Uranga, Mona Martínez, Miguel Flor De Lima, Yoima Valdés.
Hay géneros cinematográficos por los que siento debilidad, el western, las road movies, los thrillers, y esta película contiene dosis de todos ellos. Por si fuera poca tanta feliz confluencia, toda la historia se desarrolla en medio de la nada, bajo una luz abrumadora, cegadora, en un paisaje duro, áspero, inclemente, polvoriento. Siempre que localizo algún paisaje similar y consigo acceder y recorrerlo me siento exaltado, plenamente identificado, y no solo estéticamente, sino como si esa orografía y textura se acomodara armoniosa e intensamente a mi manera de percibir y sentir la naturaleza y el paisaje. Vi la película en un estado de interés y excitación constante porque la historia era intensa y emocionante, incesante en el ritmo y plena de sentido de aventura. Como en todo western que se precie, había buenos y malos, y la progresiva tensión que desencadenan las persecuciones implacables. Leí la novela de Jesús Carrasco, origen de esta película, en febrero de dos mil catorce, y me encantó. Entonces, escribí en este diario unos comentarios de este tenor: “Cuenta una sobrecogedora historia sobre la dureza del paisaje, la humanidad de los animales y la animalidad de los humanos. La prosa es sobria, dura, rica, matizada, poética, entendida y precisa sobre las definiciones y la cultura del campo seco…”. Mantengo esa impresión, acrecentada por la espectacularidad épica de la realización de Zambrano, la fotografía del paisaje, las sobrias y espléndidas interpretaciones y las impresionantes caracterizaciones de los actores secundarios (sus rostros parecen traídos, plenos de verosimilitud, de la época en la que está situada la historia).
PS. Última hora del Coronavirus: La catastrófica pandemia está sirviendo, entre otras tonterías diversas, para que los teóricos y sociólogos, o a quien le toque opinar y tomar decisiones (ahora y siempre son muchos), nos coloquen a los sexagenarios de más de 65 años, entre los que me encuentro, en la categoría especial de personas mayores o colectivo vulnerable, y nos reserven plaza preferente en las colas de los supermercados. Ni maldita gracia me hacen las discriminaciones positivas y esta menos. Pero claro, por muy razonable que pueda ser, tampoco me hace ni puñetera gracia que en los hospitales discriminen entre jóvenes y viejos para aplicar recursos, en detrimento de los viejos, claro. “En ninguna cosa hay mayor injusticia que en la frenética obligación de envejecer”. Gudbergur Bergsson

"Hemos descubierto la verdad, y la verdad no tiene sentido". G. K. Chesterton

"...lo profundo es el aire…". José Ángel Valente

La pulcritud de los Comendador…

SUBSCONSCIENTE: las grietas en las paredes envejecidas siempre me han atraído hasta la obsesión porque siento que dicen mucho sobre mí...

La alegre y afectuosa primavera…

"La finalidad del arte es el deleite". Poussin